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'Es el abaratamiento del despido más importante en los últimos veinte años'

Pregunta. El Gobierno mantiene que la eliminación de los salarios de tramitación permitirá al trabajador cobrar la prestación por desempleo antes.

Julio Ruiz. Mire, cuando un trabajador es despedido y ese despido se declara improcedente, de media se está tardando en resolver eso en los tribunales cuatro meses, periodo en el que el trabajador hasta ahora cobra ese salario de tramitación: los 60 primeros días los paga la patronal, y a partir de ahí el Estado, como consecuencia del retraso judicial. La inmensa mayoría de los despidos resueltos en los tribunales son improcedentes. Con la reforma, este trabajador despedido que debe acogerse ahora desde el primer día al paro pierde, de media, esos cuatro meses de salario. También son cuatro meses de cotización para el desempleo o para la pensión. Es miserable decir que esto se hace para que cobre antes la prestación cuando le está robando la cartera.

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Manuel Pastrana. El ministro de Trabajo nunca quiere contestar a la pregunta de si esta medida beneficia a las empresas. Esta medida es un regalo a las empresas de 84.000 millones de pesetas al año, lo que se ahorrarán en salarios de tramitación. Es una medida que abarata sustancialmente el despido; en los trabajadores que son despedidos con tres años de cotización, que son legión, hasta ahora la mayor parte de la indemnización se correspondía con los salarios de tramitación. Esto es una canallada, es el abaratamiento del despido más importante que se ha hecho en los últimos 20 años. ¿Por qué se va a mantener un puesto de trabajo con derechos por antigüedad si ya no hay costes para el despido, si la diferencia entre despido improcedente y procedente no existe?

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P. El Gobierno se ahorra dinero con esta medida...

M. P. Detrás de esto sólo hay un guiño a las empresas y los empresarios. No hay más razones. Aznar apuesta por flexibilizar el mercado y abaratar los costes de despido. Es un objetivo del ideario político del PP.

J. R. ¡Pero si hay 3.600 millones de excedentes en las cotizaciones por desempleo! Nos estamos metiendo en la senda del Estado mínimo, tan mínimo que la protección desaparece y sólo te garantizarán que si te mueres, te van a enterrar.

M. P. Los empresarios aún no salen de su sorpresa, tienen que estar celebrándolo con champán.

J. R. Les ha tocado la bonoloto sin echarla.

P. ¿No es lícito que la reforma plantee suprimir las prestaciones a quien rechace tres veces un trabajo?

M. P. Si lo que oferta el Gobierno a la primera es un trabajo asequible, en condiciones adecuadas, desde nuestro punto de vista el trabajador está absolutamente obligado a aceptarlo. El problema no es que sea una, dos o tres veces. El problema es que los mecanismos que ha establecido el Gobierno para animar a los trabajadores a encontrar empleo, son mecanismos para obligarles a aceptar cualquier empleo. Y esto se cae por su propio peso. Si en la actualidad en Andalucía sólo tres de cada cien puestos de trabajo que se cubren son indefinidos y la mayoría de los demás tienen unas condiciones miserables, ¿qué empleo va a ofrecer la Administración? El Gobierno quiere introducir a cualquier precio a los desempleados en el mercado laboral y de camino, reducir las estadísticas de parados. Ése es el objetivo: llegar al pleno empleo a través de la plena precariedad.

J. R. La reforma tiene más perversiones: a los mayores de 52 años subsidiados les van a ofrecer la posibilidad de compatibilizar el subsidio con un trabajo, de modo que el empresario sólo va a tener que pagar la diferencia entre el subsidio y el salario mínimo que marque el convenio correspondiente. Y esto lo plantean como un favor al trabajador. Esto es una condena, porque si no lo acepta acabará perdiendo el subsidio. Y además eso va a ser una doble exclusión para los desempleados que ahora no tienen protección, que son el 40% de los parados, jóvenes y mujeres sobre todo. Ningún empresario va a contratarlos ahora porque al empresario le sale baratísimo contratar a los subsidiados, que están obligados a aceptar el empleo en condiciones precarias. Y los empresarios están frotándose las manos, claro.

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