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Empleados de un centro de acogida denuncian ataques de menores marroquíes

Asuntos Sociales abre una investigación en Granada para aclarar los incidentes

Empleados del centro de protección Ángel Ganivet de Granada, afiliados a la Central Sindical Independiente de Funcionarios (CSIF), lamentaron ayer el incremento de las agresiones físicas y verbales que sufren en el lugar de trabajo a manos de menores de edad de origen marroquí. Uno de los empleados, Manuel Lachica, sufrió la rotura de la muñeca durante una refriega con un joven. La Consejería de Asuntos Sociales abrió ayer una investigación para aclarar éste y otros hechos violentos denunciados.

Los sindicalistas entregaron a los informadores un 'historial de agresiones y sucesos' en el que se enumeran nueve incidentes ocurridos entre agosto de 1998 y mayo de 2002 y que han tenido como víctimas a los propios empleados. Los más recientes son la rotura de la muñeca al monitor Manuel Lachica y el amago de agresión con un cuchillo de comer contra otro empleado que sólo sufrió daños en su vestimenta.

En una carta enviada recientemente a la delegada de la Consejería de Asuntos Sociales de Granada, María José Sánchez, el sindicato asegura que de manera habitual 'se producen reyertas (algunas con lesiones graves), violaciones, robos, intimidaciones', etcétera. La presidenta del sector autonómico del CSIF, Margarita Blasco, se amparó en el derecho a la intimidad de las víctimas para no revelar las supuestas 'violaciones' padecidas por sus compañeros. A preguntas de este periódico admitió que ninguna de ellas se había consumado y sólo fueron tentativas. En ningún caso se han llegado a denunciar ante la Policía tales violaciones.

Para el sindicato, la situación en el centro de menores Ángel Ganivet es 'insostenible' pues 'no sólo se han incrementado las agresiones contra nuestro personal sino también entre los propios menores'. Esto ha llevado a que los empleados estén 'desacreditados' y 'hayan perdido totalmente la autoridad ante los menores'.

'Cuando uno delinque, y se persona la policía judicial para interrogarlo, aunque el menor confiese su delito, se queda tal y como estaba antes de hacerlo', explican en la carta enviada a la delegada de Asuntos Sociales.

Manuel Lachica, el funcionario lesionado, explicó ayer que la agresión se produjo después de que el menor marroquí rechazara la comida y exigiera una manzana. Como no se la entregaran, comenzó a golpear una puerta y cuando trabó al muchacho se revolvió y le rompió la muñeca. 'Vienen con miedo y los primeros días en el centro observan. Hay una mayoría que se saca adelante, pero una minoría, como ocurre con los etarras', no acepta la disciplina y se indispone contra los funcionarios.

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El centro de menores Ganivet un una institución de protección y, por tanto, abierta. En él ingresan sólo adolescentes sin amparo o que han cometido algún tipo de falta. El CSIF pidió ayer el desarrollo del reglamento de la ley del Menor; la suscripción de un seguro específico para las agresiones, y la contratación de una empresa de seguridad privada que ayude a los servicios de vigilancia con que cuenta el propio centro.

Margarita Blasco exigió también una segunda prueba ósea para corroborar la auténtica edad de los ingresados, ya que algunos 'dicen que tienen once años pero pesan cien kilos, miden 180 centímetros y tienen barba cerrada'.

La delegada de Asuntos Sociales, por su lado, ordenó ayer la apertura de una investigación. 'Son muchachos en régimen de protección, no de reforma, y los profesionales del centro deben protegerlos. Tenemos una buena plantilla de profesionales formados de más para atender a niños con dificultades. La investigación va a ir en la línea de saber si los funcionarios han facilitado datos de los menores y si hay alguna responsabilidad sobre ellos. Nos constan incidentes en los centros que se han resuelto en el momento pero no tenemos constancia de agresiones sexuales'.

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