'Que nos quiten lo vivido'

'Es lo más grande que me ha pasado en la vida'. Éste es el balance que Rosa ofrecía ayer de su paso por Eurovisión, casi 48 horas después del festival. La concursante se reconoció afectada por el resultado de las votaciones, 'porque me hubiera gustado dejar a España en el mejor lugar'. Pero para ella, como para los compañeros de Operación Triunfo que la acompañaron a Tallin, conseguir el séptimo lugar 'no es un mal puesto'. Para Nina, la directora de la academia en la que se cuajó el fenómeno televisivo, la valoración es también inmejorable: 'Que nos quiten lo que hemos vivido'.

Rosa tuvo sólo buenas palabras para calificar su experiencia, incluso aseguró que la canción ganadora 'es muy bonita'. Sólo hubo para ella un elemento negativo: los tacones con los que actuó. 'Como dijo una vez Chenoa, vivan las zapatillas'.

El optimismo de ayer contrasta con la decepción que Rosa mostró el sábado ante las cámaras. Lloró en directo, pero fue la única de todo el equipo español, junto con Geno, que asistió a la fiesta ofrecida después del festival. Chenoa argumentó para explicar la ausencia colectiva que 'la decisión de no acudir fue una decisión de grupo'. 'Estábamos hechos polvo. Fuimos a llorar un poco a nuestras habitaciones del hotel porque, sinceramente, la expectativa era grande', reconoció. Y ofreció además una razón de índole profesional: 'Meterte en un sitio con mucho humo y mucha gente puede ser perjudicial', se justificó. Y, claro, tanto ella como sus compañeros se empeñaron en que Eurovisión no ha sido el final de nada, que les queda mucho camino por delante; a corto plazo, la promoción de sus respectivos discos y los conciertos aún pendientes de la gira de grupo.

No fue el disgusto por no haber conseguido una victoria que sentían muy cerca lo que les llevó a dar plantón a los más de 2.000 fans que les esperaban a su llegada a Barcelona. Fueron, al contrario, razones de seguridad. Así lo explicó, al menos, Toni Cruz, uno de los responsables de Gestmusic, que atribuyó a la productora 'el desastre en la organización del viaje de regreso de los chicos'. En palabras de Cruz, el equipo desplazado hasta Estonia se encontraba en pleno vuelo cuando se enteraron del recibimiento que les aguardaba en El Prat. Y fue entonces cuando decidieron evitar la salida ordinaria. 'Había muchos niños y podría haber habido una avalancha. Pedimos disculpas a todos los que estaban esperando'. Se le reprochó que ni siquiera se hubieran descorrido las cortinas del autobús que recogió a los concursantes en el aeropuerto y él esgrimió de nuevo razones de seguridad.

Tanto Cruz como su compañero al frente de la productora, Josep Maria Mainat, negaron cualquier responsabilidad de los chicos en tal decisión. 'Me he quedado de piedra cuando han dicho que no queríamos ver a España', dijo Rosa con su habitual espontaneidad. Bustamante, tan dado a las grandes frases, señaló la emoción del grupo al comprobar cómo, pese a no haber ganado, el público les sigue animando: 'Damos las gracias a España porque aun así nos está apoyando'.

Para todos ellos, los elevadísimos resultados de audiencia conseguidos por el festival fueron la confirmación de algo que ya sabían. 'Salimos al escenario sin pensar en ganar, salimos a disfrutar y sabíamos que estaba España entera viéndonos', confesó Rosa. En relación a la retransmisión del festival, el portavoz de los vocales socialistas en el consejo de administración de RTVE, Miguel Ángel Sacaluga, tildó de 'franquista' y de 'patrioterismo barato' el lenguaje utilizado por los comentaristas de la gala, Carlos Lozano y José Luis Uribarri. El portavoz de los populares, Gerardo Conde,reconoció que algunos de los comentarios 'sobraban' y los achacó al carácter improvisado de la gala. Por su parte, el director de la cadena, Álvaro de la Riva, puntualizó que tales comentarios 'son un modo de expresar un sentimiento, que si se sacan de contexto suenan raro'.