'Al dau, 50 anys'
El 'trinquet' El Zurdo de Gandia, el más importante en aficionados y partidas, conmemora medio siglo de historia
Medio siglo dedicado a perpetuar la tradición del joc de la pilota. El trinquet El Zurdo de Gandia cumple este mes de mayo el 50 aniversario de su fundación, medio siglo fent el dau, es decir, jugando con la referencia de ese cuadrado que ocupa la cabecera de la pista y organiza la partida. El local se ha configurado como el más importante en cuanto al número de partidas y espectadores que lo visitan. Francisco Peris, carnicero de profesión y aficionado a la pelota valenciana, conocido como el Zurdo de Pamis, fue el precursor de su construcción en 1952. Tres generaciones de la familia Peris han regido su actividad y son los verdaderos artífices del auge de este juego en La Safor y del mantenimiento de una tradición que ha pasado por muchos avatares históricos. El Centre d'Estudis i Investigacions Alfons el Vell ha editado un libro para conmemorar su trayectoria. Un documento relevante, no sólo en cuanto a los datos y anecdotario que recoge sobre la historia de El Zurdo, sino por su retrato de los valores, prejuicios y costumbres de la sociedad de la Gandia y La Safor de los siglos XV al XX, y por extensión de la valenciana.
El historiador Gabriel Garcia Frasquet relata cómo el juego de la pilota fue unos de los entretenimientos favoritos del duque real Alfons el Vell, Pere de Villena, y de sus nietos. Pero su profusión, en las primeras décadas del siglo XV, pronto originaría prohibiciones. El juego empezó a limitarse en las calles, con la excusa de que su práctica 'podía ocasionar accidentes, favorecer pleitos, peleas y blasfemias'. Unas restricciones que afectaban a las clases más bajas, mientras los duques de Gandia mantenían su afición en instalaciones privadas. Cuenta Garcia Frasquet la anécdota de cómo Joan de Borja, segundo duque de Gandia e hijo del Papa Alejandro VI, llevó en su viaje de Roma a Barcelona, para esposarse con María Enríquez, un perfumador redondo en forma de pilota de vent. O que el criado del duque remitió a Roderic de Borja un escrito en el que desmentía los rumores sobre los excesos nocturnos de su hijo, y le aseguraba que acababa todos los días 'fatigado de jugar a la pelota con el príncipe'.
La pelota fue también objeto de represión en tiempos de la Inquisición, y se recogen reprimendas por 'blasfemar' en el juego. El siglo XVIII, explica el historiador, 'marcó la decadencia del juego de pelota entre la nobleza y su auge entre las clases populares', y la construcción de los primeros trinquets, en el caso de Gandia junto a la antigua muralla, desaparecido en 1839. Durante cinco siglos la pelota estuvo condicionada a órdenes de restricción, incluso penalizadas con multas, pero continuó vivo.
El trinquet de El Zurdo no sólo continúa hoy la tradición de este juego, sino que se ha configurado como un eje 'catalizador', en lo que al deporte de la pilota se refiere, y como 'elemento cultural' por su arraigo popular, comenta Toni Martí, cronista de partidas de pilota y gran aficionado al juego. La mejora de sus instalaciones, con la construcción de una cubierta, sistema de ventilación, luz eléctrica y mayor comodidad para el público, le convierten en una de las canchas más modernas del País Valenciano. Martí, que ha colaborado también en la publicación, reúne una selección de las 25.000 partidas que se han jugado en El Zurdo. Entre ellas relata que la introducción del euro supuso también un cambio radical en el funcionamiento del trinquet, y por ende, del juego, ya que ha supuesto una revolución en las apuestas (tradicionalmente de 200 y mil duros, y hoy de 10 y 30 euros). O desafíos millonarios, como el del pasado 28 de febrero, que enfrentó a los jugadores Carlos (de Oliva), Álvaro (Sagunto), Waldo (Oliva) y Genovés II, en el que se alcanzó una apuesta histórica de 6.000 euros.
Martí destaca la afluencia de gente joven y de mujeres, en menor medida, al trinquet en los últimos años. Señal de su evolución y vigencia. La familia Peris, responsable de que El Zurdo haya conseguido superar los avatares del tiempo, estudia la posibilidad de construir una 'ciudad de la pelota', con trinquet, minitrinquet, escuela, frontón y restaurante. Mientras que esta saga familiar siga regentando el local, hoy en manos de Emilio Peris, su futuro está asegurado, coinciden los aficionados y seguidores del trinquet gandiense.
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