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Reportaje:

Adolfo Domínguez pone la casa en orden

Centra su actividad en España y reajusta el capital de sus filiales extranjeras

Adolfo Domínguez parece haber encontrado la vía del crecimiento. Tras sufrir durante años el castigo de los inversores en Bolsa, el valor de la acción va recuperándose en lo que parece el reconocimiento a la nueva estrategia de la empresa. La firma gallega ha frenado la expansión internacional y se ha centrado en el mercado doméstico y en su nueva línea joven U. Ahora tiene que reajustar el capital de sus filiales, azotadas por las pérdidas acumuladas en años.

La empresa ha cerrado dos tiendas en Argentina, tiene 'en observación' otras dos y sólo abrirá fuera en Düsseldorf y Kioto

Hace ya tiempo que en Adolfo Domínguez no se habla de la arruga. Cuando era bella, a finales de los ochenta, corrían tiempos mejores para la empresa del diseñador gallego, que ha pasado una dura travesía en Bolsa desde que saliera a cotizar en marzo de 1997. Los problemas entre la familia, un fuerte endeudamiento, acompañado de una expansión internacional poco exitosa, y una gestión en exceso personalizada, según el juicio de muchos analistas, han pasado factura a la empresa. El intento de Cortefiel el año pasado de hacerse con ella mediante una OPA hostil sirvió para que Adolfo Domínguez cambiara de estrategia. Y parece que el cambio ha dado resultado.

La empresa cerró el año pasado con una mejora en su beneficio neto del 22%, hasta situarse en 8,1 millones de euros, con una mejora del Ebitda (beneficio operativo) del 17,3% y la reducción del endeudamiento financiero. Y, aunque en el primer trimestre de este año los datos han quedado por debajo de lo esperado por los analistas -las ventas han crecido el 7,5% frente al 10% estimado-, dan pie a la esperanza al considerar que están afectados, fundamentalmente, por la crisis argentina.

La línea U

La empresa de diseño gallega ha concentrado sus esfuerzos en implantar en España su nueva línea de moda U, diseñada para una clientela más joven que la tradicional de Adolfo Domínguez; ha bajado precios; ha modificado su política comercial en rebajas; ha introducido el color en sus colecciones; ha deslocalizado producción; ha primado la franquicia sobre las tiendas propias y ha frenado su expansión internacional. Ha conseguido así mejorar sus resultados y revalorizar la acción. Desde que alcanzara el máximo en junio de 1997, la cotización ha perdido más del 70%, pero durante el año pasado y el primer trimestre de este año se ha revalorizado el 129%. La nueva estrategia y la situación de la Bolsa, en la que los inversores se están saliendo de las empresas grandes, muy dañadas por sus inversiones en Argentina, para entrar en las pequeñas, han favorecido esa revalorización.

Del giro que ha experimentado Adolfo Domínguez, Merrill Lynch y Banesto Bolsa destacan, sobre todo, el frenazo en la internacionalización. La empresa está presente en 11 países y pierde dinero en 9. Ha pasado de la fiebre expansiva de finales de los noventa -Banesto destaca que llegó a abrir en dos años 18 tiendas en Francia- a realizar aperturas muy selectivas, a modo de buque insignia, en algún país. Kioto, en Japón, y Düsseldorf, en Alemania, serán las únicas aperturas en el exterior este año, en el que se seguirán planteando cierres de establecimientos. De momento, Adolfo Domínguez ya ha clausurado dos de sus tres tiendas en Argentina y hay un par de ellas en otros lugares en observación.

No sólo son las tiendas en el extranjero las que van a sufrir reajustes. También los sufrirán las empresas dueñas de esas tiendas, es decir, las filiales de Adolfo Domínguez en el exterior. Las pérdidas que han venido acumulando durante años han desequilibrado la proporción entre sus fondos propios y los resultados obtenidos. Para volver a un mayor equilibrio, en alguna de ellas, como la de Portugal, habrá ampliación de capital, y en el resto se producirá el efecto contrario, es decir, se reducirá capital para enjugar pérdidas y limpiar el balance.

Nuevos productos

Desechada la idea de buscar un socio externo y conjurada la posibilidad de nuevas OPA, ya que el propio Adolfo Domínguez tiene el 31% del capital, Myrurgia, que tiene la licencia para fabricar perfumes con la marca de la empresa, tiene el 11%, y las cajas gallegas, otro tanto; la empresa tiene que demostrar con más fuerza que su nueva estrategia la hará despegar. Para ello, ha anunciado nuevas acciones, como otra licencia para dar su nombre a ropa de casa, y piensa en una línea de lencería y otros complementos.

Según Merrill Lynch, los resultados que publique el segundo trimestre dirán con más claridad si la nueva estrategia está funcionando como debe. La moderación en la internacionalización se ha acompañado de otras medidas menos del gusto de algunos analistas. Así, Javier Mata, de Banesto Bolsa, afirma que la deslocalización en la producción a países asiáticos deja poco margen de corrección ante posibles errores en las colecciones y recuerda que, aunque en menor medida, la empresa sigue con problemas en el exterior.

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