Grandes nombres propios en teatro y danza
'En camino de 2004', así ha definido Joan Clos la programación de un festival Grec que quiere ser, este año, atalaya para un acontecimiento futuro sobre el que, sin embargo, sigue planeando la duda conceptual como espeso banco de niebla. La Generalitat y el Ministerio de Cultura siguen haciendo, además, aportaciones irrisorias, con lo que la aspiración a hacer del Grec uno de los principales festivales de Europa vuelve a postergarse para tiempos mejores. Es cierto, sin embargo, que el de este año es un festival con numerosos alicientes, cuando menos en el terreno del teatro y la danza, y eso desde su misma inauguración en el Teatre Grec el 25 de agosto.
De hecho, este teatro reúne a algunos de los nombres más significativos del actual teatro catalán. Calixto Bieito dirige el espectáculo inaugural, La ópera de cuatro cuartos, de Bertolt Brecht y Kurt Weill, que recupera ese mundo habitado por mendigos, ladrones y putas como metáfora cómica de un mundo que siempre es el de hoy. También estará presente en el Teatre Grec Lluís Pasqual, con Edipo XXI, con textos de Esquilo, Sófocles y Eurípides, con el añadido de Cuatro horas en Chattila, de Jean Genet. El Grec termina con una Fedra, de Jean Racine, impulsada por la actriz Rosa Novell y dirigida por Joan Ollé. Son tres montajes que muestran bien claramente las aspiraciones de un festival que no se limita a rellenar casillas.
El Mercat de les Flors reúne a su vez dos piezas imprescindibles. La tragédie d'Hamlet, de Shakespeare, dirigida por Peter Brook, que promete ser uno de los grandes montajes de este festival. El contrapunto, en este espacio, lo pone Marcel.lí Antúnez con Pol. Espectacle Mecatrònic, donde este creador solitario sigue desarrollando su universo habitado por las prótesis robóticas.
Con decisión, casi con entusiasmo, se suma el Teatre Lliure, en cuyas salas podrá verse un buen puñado de espectáculos de gran calidad. Desde Auslöschung / Extinció, de Thomas Bernhard, presentado por el Teatre Dramatyczny de Varsovia, con la peculiaridad de sus siete horas de duración, que son, según Borja Sitjà, una 'verdadera inmersión en un teatro del ritmo'. También en la sala grande del Lliure podrá verse Homebody / Kabul, de Tony Kushner (del que aquí se ha visto Àngels a Amèrica), dirigido en esta ocasión por Declan Donnelan, otro de los grandes directores de la escena europea. El último montaje en el nuevo Lliure es XXX, espectáculo pornográfico de La Fura dels Baus a partir de la Filosofía en el tocador del Marqués de Sade.
A éstos se les suman otros montajes de interés como Moll Oest, de Bernard Marie Koltès con dirección de Sergi Belbel (Teatre Romea). Y el Troilus i Cressida, de Shakespeare, con dirección de Xavier Albertí (en el Lliure de Gràcia). Además de los solos del Convent de Sant Agustí entre los que destacan los de Nina, Juan Echanove, Andrés Corchero, Rosa Regàs, Michael Vinaver (con la lectura de su obra 11 de setembre de 2001), Laurie Anderson y Lou Reed (excepcionalmente en el Teatre Grec). Además de un puñado generoso de propuestas muy interesantes en todos los teatros de la ciudad.
La danza también estará presente con Orlando, a partir de la obra de Virginia Woolf, coreografía de Cisco Aznar con la Compangnie Buissonnière. La Compañía Nacional de Danza 2 (que integra a los bailarines más jóvenes) presentará coreografías de Tony Fabre, Patrick de Bana, Nacho Duato y Yoko Taira. White Oak Dance Project presenta al bailarín Mikhail Baryshnikov con coreografías de Lucinda Childs, Sarah Michelson y Erick Hawkins. A esta tres grandes piezas se añaden otras pequeñas como Atrás los ojos, de Mal Pelo; Pièce(s) Detachée(s), de Man Drake y Tomeo Vergés; A palo seco (Al-Andalus), de Color Cia. de Dansa; además del ya célebre casi festival Dies de Dansa.
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