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Columna
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Primarias

Me gustan las primarias, las primarias socialistas. Canción irrepetible. Málaga está en su salsa. Ninguna otra capital andaluza las tendrá. Málaga se apuntó, desde casi Suresnnes, a las guerras púnicas. Y esto hay que celebrarlo. El día 2 de junio, o Bustinduy u Oliva. No habrá cava. Muchos se lavarán las heridas abiertas. Y el presunto candidato del PP a la alcaldía malagueña, Francisco de la Torre, sí tendrá motivos para alzar la copa. Tal es así que ni siquiera le preocupa que el candidato de IU, Rafael Rodríguez, se confiese partidario de pactar con los socialistas para echar, dice, a la derecha de la alcaldía. Y la derecha tan contenta porque, a este paso, repetirán mayoría. Y eso que Celia Villalobos no está por la labor. Mejor dicho, siempre que puede le quita plano y medio a De la Torre. Fotos recientes hay para demostrarlo. ¡Qué error querer enterrar en vida a Celia!

Pero como digo, me gustan las primarias. Hay que levantar la moral a base de descalificaciones e insultos. Se quiere arreglar la cosa con un semipacto de silencio, pero ¿quién cierra las heridas? Huele mal todo esto y más cuando el candidato Oliva se molesta porque escribí que Bustinduy responde mejor al perfil de los alcaldables que quiere Ferraz, o sea Zapatero, y que él, haciendo gala a una trayectoria, política y personal combativa y honesta, no está dispuesto a bajarse del burro aunque se lo pida el súrsum corda.

A otra política que le tocó el gordo (¡vaya campañita del Patronato de Turismo de Málaga!) es a Rosa Aguilar. Tiene una sonrisa de oreja a oreja. Lo del PP cordobés es un mal vodevil, con actores malos y desenlace fatal que ha hecho decir al ponderado y sensato Manuel Pimentel cosas tan gordas que le cortó la digestión, dicen, a Javier Arenas. Esta es la democracia interna del PP. Patético. Como hace la patética Teófila Martínez sobre la que empiezan a caer los problemas y las crisis como el rosario de la aurora, Córdoba, Huelva, Granada, Cádiz y ahora con la pretensión de enmendar, en parte, a Aznar con el espinoso asunto del PER. A lo mejor es que Teófila busca que no le hagan beber el amargo cáliz de las elecciones autonómicas y quedarse sólo al abrigo de la bahía de Cádiz. Que todo puede suceder, con Arenas de por medio.

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