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Reportaje:Signos

La pérdida de la ingenuidad

Las seis compañías más antiguas de Andalucía hacen balance de 30 años de teatro entre expectativas y logros

Margot Molina

El teatro andaluz ha pasado de los espectáculos en la plaza del pueblo en los que cada vecino sacaba la silla de su casa, así empezó La Jácara en 1977, a recibir el premio del Festival Internacional de El Cairo, que ha recogido Atalaya en 2001.

Las compañías que emprendieron ese largo camino en los años setenta, cuando el censor era el único espectador que no fallaba nunca, creían que desde el teatro se podía cambiar la sociedad. Ahora, tres décadas después, reconocen que eran unos ingenuos. La ideología ha dado paso a la profesionalización. Aunque están de acuerdo en que el trabajo en los escenarios ha mejorado, no pueden evitar cierta nostalgia cuando hablan de interminables viajes en furgonetas, teatro en la calle y una buena dosis de rebeldía.

Los directores de las seis compañías más antiguas de Andalucía que han permanecido activas desde su creación, desde La Cuadra (1972) hasta La Pupa (1980), repasan aquí su trayectoria. Salvador Távora (Sevilla, 1934) fundó La Cuadra en 1972 y, a partir del tercer montaje, la compañía comienza a ser conocida en festivales internacionales, aunque estrenarpn Quejío (1972) en el Festival de las Naciones de París.

'Nos invitaron a representar Quejío en Roma. Los actores ibamos con vaqueros, botos y camisas militares. La obra comenzaba cuando atravesábamos el patio de butacas, pero los acomodadores no nos dejaban entrar. Pasamos 15 minutos en la puerta y el público esperando, hasta que llegó el regidor y lo aclaró todo', comenta Távora, creador de un lenguaje dramático que utiliza la cultura andaluza como alfabeto. En sus 30 años de andadura, La Cuadra ha realizado 3.000 representaciones de 12 espectáculos. Su trabajo, que en 1997 pasa de los teatros a las plazas, lo han visto unos dos millones de personas en 30 países.

'Estoy inmerso en una investigación sobre el caballo y el toro en la cultura mediterránea como elementos de comunicación dramática, no de lidia. Me propongo seguir trabajando con los tres espectáculos para las plazas: Carmen, Don Juan y Villalón', asegura Távora, que ha recibido, entre otros, la medalla al Mérito en las Bellas Artes.

Atalaya, creada en Sevilla por Ricardo Iniesta en 1983, es después de La Cuadra la compañía andaluza más internacional: ha recorrido 325 ciudades de 18 países. 'La ideología ha desaparecido del teatro', asegura Iniesta, quien en 1994 puso en marcha Territorios de Nuevos Tiempos, uno de los centros de producción privada más importantes de España. La Pupa, creada en 1980 en Sevilla por Gema López y José María Roca, ha sido otra de las catapultas del teatro alternativo en la región, especialmente a partir de 1990 con la puesta en marcha de la sala La Imperdible, la primera en Andalucía. 'Entonces lo que importaba era lo que contábamos, más que cómo lo contábamos', dice Roca.

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Sobre la firma

Margot Molina
Ha desarrollado su carrera en El PAÍS, la mayor parte en la redacción de Andalucía a la que llegó en 1988. Especializada en Cultura, se ha ocupado también de Educación, Sociedad, Viajes y Gastronomía. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid. Ha publicado, entre otras, la guía de viajes 'Sevilla de cerca' de Lonely Planet.

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