La industria local se beneficiará de las aplicaciones de la instalación científica
'Una gran instalación de tecnología avanzada como el acelerador constituye un factor de movilización muy importante en su entorno', argumenta Francisco Tomás para defender su interés social. Pone como ejemplo la tecnología criogénica desarrollada por el CERN con el objeto de hacer imanes superconductores para sus aceleradores. 'Ahora, los imanes superconductores están en todos los productos del mercado'. Hay otro ejemplo sonoro. En los experimentos del LEP colabora un número variable de físicos de todo el mundo, de 300 a 700 investigadores. Uno de ellos, Tim Berners-Lee inventó la world wide web (www) para compartir información a la escala global que la estructura científica del CERN requería.
En el mundo existen unos 15.000 aceleradores de partículas en marcha de variada tipología y tamaño. 'El tipo de acelerador por el que nosotros hemos apostado es el de mayor interés industrial', resume Antonio Ferrer, director del IFIC: 'tecnología pura y dura que no se ha desarrollado lo bastante en España'. El acelerador lineal de protones que proyecta la Universidad de Valencia propiciará la investigación en ciencia de los materiales, biología, y medicina, entre otras disciplinas. También permitirá el adiestramiento y experimentación tecnológica y, sobre todo, estará al servicio de la industria local o en áreas como la geología, la arqueología, la medicina oncólogica o la agricultura. 'Desde el punto de vista industrial, es un supermicroscopio', explica de forma didáctica Ferrer, que permite datar material con una antigüedad de más de 50.000 años, saber lo que le ha pasado a un material tras un proceso metalúrgico en profundidades de centésimas de milímetro o modificar materiales por biorradiación (en fibra óptica o eléctrónica, por ejemplo).
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