'Tenía ganas de trabajar en un espacio fronterizo'
André Téchiné siempre ha ido en busca de historias de ficción con elementos sacados de la realidad. Ahora, con 57 años, ha hecho el camino al revés. En Lejos, su último filme estrenado en España el pasado viernes, ha partido de una realidad muy concreta -la inmigración y la frontera que separa más que une el Norte y el Sur, Europa de África- y la ha aderezado con elementos de ficción. Todo rodado en esa encrucijada de culturas y fronteras que es la ciudad de Tánger.
Lejos, una producción franco-española protagonizada por Stéphane Rideau, Lubna Azabal y Mohamed Hamaodi, está narrada a través de tres historias en las que se cruzan los tres personajes en tres días: la de un camionero francés (Rideau) que traslada mercancía desde Marruecos a Europa y que cede a la tentación del tráfico ilegal; la de una mujer tangerina (Azabal) que vive una desgarradora historia de amor y la de un joven marroquí (Hamaodi) que intenta escapar de su país.
Téchiné tenía ganas de viajar y encontrarse con gente nueva. Así explica el director, un hombre delgado y elegante, en una entrevista realizada en París durante los encuentros organizados por Unifrance, su cambio de Francia por Tánger, de la ficción por la realidad. 'Mis anteriores películas se limitaban al territorio francés y tenía ganas de trabajar en un espacio fronterizo que encontré en Tánger', afirma el realizador de títulos tan evocadores para el cine europeo como Alice et Martin, Los ladrones o Los juncos salvajes. 'La película es una ficción, pero se puede parecer a un documental', afirma Techiné, quien hizo un trabajo de investigación de un año y se trasladó a Tánger para escribir el guión. 'Quería ser muy realista en cuanto al tráfico de drogas y los camioneros, que son los últimos en hacer el paso desde Tánger a Europa. Quería empaparme visualmente de las situaciones que a diario se viven en aquella ciudad. Traté de entender o conocer cómo hacen esas personas que se ocultan en los bajos de los camiones para huir hacia Europa'. De hecho, la última escena de la película fue filmada en el puerto donde jóvenes africanos intentan a la desesperada escapar al otro lado, con figurantes que quieren llegar a Europa y que trabajaron en la película haciendo de sí mismos.
Su punto de partida fueron los personajes; el planteamiento posterior de índole social o político fue un complemento. 'No quería para nada plantear en mi película una tesis política'. Pero ahí está la evidencia más política: que las mercancías pueden circular libremente entre el Norte y el Sur, pero no así las personas. 'Es la comprobación de una realidad', explica Techiné, que no ha querido tampoco ocultar ese gesto de sueño y aventura que tienen los hombres y mujeres que quieren pasar al otro lado de la frontera y llegar a un territorio desconocido, a Europa. 'Es como si quisieran pasar al otro lado del espejo'.
Cámara digital
Está claro que con Lejos, Téchiné ha optado por el realismo más que por la estética, ha buscado la libertad a la hora de contar una historia más que su gusto personal por la imagen. Lo reconoce él mismo, al confesar que no está muy satisfecho con la definición de la imagen del filme, rodada con cámara digital. 'Quería que la película fuera barata. Ha costado nada más que tres millones de euros. Además, no hubiera podido rodar con cámara normal, porque hay muchos figurantes y muchas escenas callejeras. Si hubiera utilizado una cámara normal habría necesitado un gran equipo y la película se hubiera disparado de presupuesto. La cámara digital me ha dado también mucha libertad de movimiento para deslizarme por las calles y poder rodar en los lugares más realistas posible. No era una opción estética, sino práctica. Me parecía algo más adecuado para este tipo de película con un enfoque documental', reconoce Téchiné, un realizador que se muestra alejado del triunfalismo general que vive el cine francés, que alcanzó el año pasado una cuota de mercado del 40%. 'Lo importante es que las películas tengan personalidad, pero también éxito. Ésa es la compatibilidad que hay que buscar. Ahí está la dificultad, pero también la fascinación de este trabajo'.
Babelia
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