Barcelona da un sentido y multitudinario adiós a Kubala

'El mejor partido que he visto en mi vida fue aquel que jugó la selección catalana contra el Vasco de Gama en Les Corts. Con Cataluña jugaban Kubala y Di Stefano, cuando ambos estaban en su apogeo. El espectáculo fue tan grande que el campo se vino abajo. ¡Fue como ver a los Globetrotters!'. Juan tiene 65 años y hace 30 que es socio del Barça. Ayer era una de las más de 15.000 personas que se acercaron al Camp Nou para dar el último adiós al ex jugador del Barcelona, Ladislao Kubala. Desde las diez de la mañana hasta las dos de la tarde, el estadio azulgrana asistió a una de las manifestaciones populares más sentidas y a la vez más sencillas que se hayan vivido en Barcelona en los últimos tiempos.

Desde que la capilla ardiente del mítico jugador, fallecido el viernes a causa de una embolia cerebral, se instaló en la zona presidencial del Camp Nou, una interminable cola de aficionados que sobrepasaba los límites del estadio aguardó pacientemente su turno para despedir al que para la mayoría había sido un ídolo de juventud. Como también lo había sido para las numerosas autoridades del deporte y de la vida política y social catalana. Seguramente por eso, porque la mayor parte de los aficionados que ayer quisieron rendirle tributo lo habían visto jugar en Les Corts o en el Camp Nou, la ceremonia transcurrió muy acorde con el carácter de Kubala: con sumo respeto, sin escenas dramáticas, con admiración exenta de actos de ostentación.

Custodiado por dos banderas del Barça -las del Camp Nou ondeaban a media asta- y con un balón de la época a los pies, el féretro de Kubala recibió también la visita del conseller en cap de la Generalitat, Artur Mas, y del alcalde de Barcelona, Joan Clos, acompañado del concejal de Deportes, Albert Batlle. 'Cuando desaparece un símbolo como Kubala', señaló Artur Mas, 'siempre se te encoge el corazón'. 'Los aficionados al fútbol como yo habíamos tenido un emblema en Kubala'. Por su parte, el alcalde de Barcelona destacó la 'extraordinaria respuesta popular' que despertaba el mito y su 'bondad excelsa'.

Los familiares de Kubala, que estuvieron acompañados por el presidente del Barça, Joan Gaspart -también el ex presidente Josep Lluís Núñez pasó por la capilla-; el técnico, Louis van Gaal, y varios miembros de la directiva azulgrana, recibieron también el pésame del consejero de Cultura, Jordi Vilajoana; el ex secretario general para el Deporte Joan Antoni Camuñas; el presidente de la Federación Española de Fútbol, Ángel María Villar, y el secretario de Estado para el Deporte, Juan Antonio Gómez-Angulo. Por la capilla ardiente pasaron asimismo el presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, así como representantes del Espanyol y del Athletic de Bilbao. Otros clubes de fútbol, como el Málaga, el Zaragoza y el Córdoba, enviaron algunos de los más de 30 ramos y coronas que acompañaron al féretro.

'Si se dice que este club es más que un club, es por cosas como ésta, por mitos como Kubala. Fue único', señaló Johan Cruyff, uno de los muchos ex jugadores del Barça que quisieron decir adiós al que unánimemente fue calificado como el deportista más carismático de la historia azulgrana. Compañeros de generación, como Biosca, Basora, Manchón, Segarra, Suárez, Bartomeu, Ramallets y Gonzalvo III y el ex madridista, Alfredo di Stéfano, acompañaron el féretro durante el funeral. Entre aplausos, unas dos mil personas asistieron a la misa celebrada en la parroquia de Santa Tecla, antes de que, en un acto privado, los restos del mítico jugador recibieran sepultura en el cementerio de Les Corts. 'En un partido contra los veteranos del Madrid, me acompañó mientras Ángel Mur padre intentaba reparar mi ligamento para que pudiera jugar. ¡Era tan bueno y generoso!', recordó Joan Manel Serrat, el mismo que un día le cantó.