Arganda revive un motín popular que evitó la venta de la villa en el siglo XVII
La llegada a Arganda de Francisco Gómez de Sandoval, duque de Lerma y propietario de la villa, el 13 de septiembre de 1613, provocó disturbios hasta entonces desconocidos en las calles de la ciudad. El duque llegaba hasta Arganda con la intención de vender la ciudad por 27.000 ducados, pero se encontró con la oposición de los vecinos, alarmados porque la ciudad perdería su vasallaje real. De nada le sirvieron al duque los divertimentos con los que quiso conseguir el apoyo de los vecinos. El clérigo Alonso Lebrero acusó de 'tibieza' al alcalde, Felipe Sanz, que no terminaba de decidir a quién apoyaba en el conflicto. Finalmente, los vecinos se levantaron en armas contra el duque, en un motin encabezado por el alcalde y el clérigo.
En este contexto histórico tuvo lugar, el 13 de septiembre de 1613, el Motín de Arganda. Este hecho histórico dormía el sueño del tiempo hasta que fue rescatado recientemente de los anaqueles por Julio Cerdá, archivero de la ciudad.
A pesar de que la significación histórica del motín no fue profunda, contribuyó a la caída en desgracia del duque de Lerma, quien en 1621 fue condenado a pagar 12.000 ducados por 'cosas depravadas' de las que le acusó su sucesor, el conde duque de Olivares.
La celebración del Motín de Arganda este fin de semana es una excusa excelente para penetrar en una de las épocas más fascinantes de la historia de España, el barroco, en la que sobre la progresiva caída del imperio español se desarrolló un florecimiento cultural sin precedentes. Es la España de los validos corruptos, pero también de los Quevedo, Góngora y el Lazarillo de Tormes.
Sobre esta base cultural, la compañía Teatro Guirigai, con apoyo y financiación del Ayuntamiento de Arganda, ha preparado un montaje escénico con texto de 48 horas de duración, en el que intervienen más de 200 personajes, y que se desarrolla en el casco antiguo de la ciudad, que ha sido engalanado a la manera en que pudo serlo aquel día de septiembre de 1613, cuando la villa esperaba de uñas la llegada del nuevo señor.
Memoria histórica
'Vivimos una época de mucho ocio y poca cultura' afirmó el director de la compañía Guirigai, Agustín Iglesias, el día de la presentación del motín, para ampliar después que 'no abundan las ocasiones para recrear la memoria histórica de una ciudad con la colaboración de todos los vecinos, como se va a hacer aquí'.
En las más de 20 piezas teatrales interpretadas participan, además de los actores de Guirigai y de la Escuela de formación teatral de Arganda, alrededor de 160 vecinos 'sobre todo vecinas' subrayó Iglesias, que han apoyado 'de forma entusiasta' el proyecto. Así, no sólo el duque de Lerma, el cura Alonso Lebrero y el alcalde Felipe Sanz (los protagonistas de los hechos históricos) se pasearán por las calles de Arganda.
Un aluvión de alguaciles, ganaderos, pícaros, ciegos, poetas, e incluso los siempre enfrentados Quevedo y Góngora estarán presentes. Los textos han sido escritos por Agustín Iglesias y el dramaturgo Miguel Murillo, con excepción de la comedia Céfalo y Pócris, obra de Calderón de la Barca, que se representará en la noche del sábado en la plaza de la Amistad entre los pueblos.
Para llamar a la rebelión se han editado 12.000 ejemplares del pasquín El amotinado, otros tantos de un cómic que explica el desarrollo de los acontecimientos y se han colocado 800 carteles en Arganda y una veintena de municipios cercanos.
El alcalde, Pedro Díez Olazábal, espera unos 10.000 visitantes. La función del sábado comenzará a las 11.00, en la plaza de la Constitución, y finalizará a las 22.00. El inicio de la representación del domingo será a partir de las 11.00, en el mismo lugar, y terminará a las 20.00, con la actuación del grupo folclórico Nuevo Mester de Juglaría.
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