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LA CRÓNICA
Columna
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¿Son como los nuestros los pezones de Kournikova?

Un señor filmó a una chica que hacía top-less creyendo que era Ana Kournikova y vendió la cinta a la revista Penthouse, que publicó los fotogramas. Ahora resulta que el señor se equivocó y la que creyó que era Kournikova no lo era. Estos días se está celebrando el juicio contra él. Lo que me resulta simpático del acusado es que alega que la confundió con ella, no por su cara o por el color de su pelo, sino por el tamaño de sus pezones. Piensen que ni los ha visto ni los ha tocado, sólo los intuye gracias a una fotografía en la que la tenista aparece con la camiseta sudada. Según el señor, 'el tamaño de los pezones de esa foto coincide con el tamaño de los de la chica a la que filmó'.

Usted, mujer, ¿podría reconocer sus propios pezones si los viera fotografiados bajo una camiseta?

Usted, mujer, ¿podría reconocer sus propios pezones si los viera fotografiados bajo una camiseta? Y sobre todo usted, señor, ¿podría reconocer los pezones de su amada o de esa alegre compañera de trabajo con la que todavía no se ha acostado si los viera transparentar bajo un top? No estamos hablando de un pecho entero, sino sólo del conjunto pezón. Mi experiencia en este campo es poca. He visto mis pezones y he visto los pezones de las del gimnasio, pero claro, yo no tengo el interés que tiene el señor que filmó a Kournikova. Así que para tener una opinión profesional me pongo en contacto con la persona que más bustos ha tocado de Cataluña; el doctor Jaume Planas, el de la clínica Planas que aumenta y reduce glándulas mamarias. Este amable doctor debe de coser unas cuantas docenas al día. Pues bien, me cuenta que el conjunto de areola y pezón suele medir 4,5 centímetros de diámetro. El pezón propiamente dicho acostumbra a medir un centímetro. Luego ya me explica que la forma de 'fabricarlo' es difícil y que ellos tienen unos anillos redondos que colocan sobre la superficie mamaria para, a continuación, marcar la silueta en rotulador (de color rojo o negro, supongo, no le he preguntado, pero siempre es el color que ves que usan en los publirreportajes). 'Estos anillos que tenemos nos van muy bien para hacer un círculo exacto', explica el señor Planas, 'y siempre es mejor marcarlo para tener una orientación'. Dice también que el tamaño del pezón no es proporcional al tamaño del pecho.

Después de haber apuntado las medidas estándar, salgo a comprar todo lo necesario para hacer trabajo de campo con los pezones femeninos que más me gusta tocar, que son los míos: compás (2,30 euros), cinta métrica (1,50) tijeras (1,20) y cartulinas (0,50). Todo esto lo pienso desgravar. Por el camino, entro en algunas tiendas de ropa y disimuladamente mido los bustos de los maniquíes. No tienen pezones, aunque esta temporada sus pechos son más voluminosos. En la tienda Schindia miden 90 centímetros. En las tiendas Mango, Zara y Zoe, entre 75 y 78, y en la La Tienda de Lolín, 98.

Ya en la intimidad del hogar, mido mi pezón derecho. Si no está excitado, su tamaño es de 4,5 centímetros de diámetro. El del izquierdo también. Consideraré que el señor que vio los pezones de Kournikova se refería también a su areola. La altura de la areola (sin excitar) mide dos centímetros. ¿Cómo lo sé? Porque con el compás calculo delicadamente mi radio y trazo el círculo resultante en la cartulina. Luego lo recorto, me lo pruebo y lo ajusto hasta conseguir un cono. El volumen de ese cono lo calcularemos multiplicando un tercio de pi por el cuadrado del radio y por la altura. El radio es la mitad del diámetro, o sea 2,25, por lo que tenemos que el pezón no excitado mide 10,6 centímetros cúbicos si no me equivoco (si me equivoco, podrán venir ustedes mismos a medir). Si un artesano cristalero hiciese un vaso con este molde, teniendo en cuenta que un litro son 1.000 centímetros cúbicos, nos terminaríamos una botella de whisky después de 94 chupitos. Tras la primera comprobación me autoestimulo un poco (por supuesto sin cubitos de hielo, no soy tan hortera) y repito el cálculo. El pezón excitado (y por tanto contraído) nos da un volúmen de 6,26 centímetros cúbicos. Es decir, necesitaríamos 159 vasos de chupito pezón para terminarnos la misma botella. Después de esto, llamo a una amiga, de nombre Silvia, que está embarazada (le faltan ocho semanas) y le pido que se mida los suyos. También 4,5 de diámetro.

Sería una simplificación injusta decir que el color estándar de un pezón se parece a ese color achocolatado que define las páginas del suplemento Domingo de EL PAÍS. Fotografío el mío con una máquina Polaroid. Hago una fotocopia ampliada en color del resultado y con ella me voy a la tienda de bricolaje Cadena los Tigres de la calle de Berlín. Es mucho más sencillo ir con la fotocopia que sacarse el pecho allí mismo y pedirle al señor que te haga un litro de pintura del mismo tono. Podría malinterpretarte. El cumplidor dependiente, don Carles Otal, con su ojo profesional, aprieta unos cuantos botones de la máquina (marca Jotul). El color de mi pezón es la REF 2040 Y80-R y consta de: 1 punto de base C de color blanco, 8 puntos de ocre, 13 de marrón rojizo y 26 de rojo exterior.

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Para hacer todo esto he tardado 5 horas, 24 minutos y 12 segundos (lo sé porque en una anterior crónica me compré un cronómetro que también desgravé). Eso supone estar 324 minutos y 12 segundos sin acordarse del retorno de Louis van Gaal.

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