La noche de los suicidas

Las predicciones meteorológicas se están cumpliendo, y no obstante la lluvia, la sexta edición de los Set Dies de Poesia a la Ciutat que organiza el Instituto de Cultura de Barcelona ha empezado con todas las plateas llenas: en la noche del viernes, primera de programa doble, dos poetas de vidas paralelas y finales trágicos atrajeron a numeroso público al mundo de la línea corta.

La primera sesión, en el Museo Picasso, era uno de los grandes atractivos del programa, pues se adentraba en el terreno del audiovisual periodístico. El documental sobre Alfonso Costafreda (Tàrrega, 1926-Ginebra 1974) se anunciaba prometedor, pues se trata de un trabajo casi heroico de Xavier Juncosa alrededor de una figura maldita de la poesía española del siglo XX. Costafreda, que Juncosa asegura que 'no se volverá a ver nunca más, pues ninguna televisión ha mostrado interés por un personaje al que no conocen', rastrea la vida de uno de los poetas más silenciados de la Escuela de Barcelona, compañero de juergas de Ferrater, Gil de Biedma, Barral, Goytisolo y compañía, que tuvo la desgracia de enfrentarse a los dos más poderosos del grupo, Gil y Valente.

Su obra precoz (ganó el premio Boscán a los 23 años), su carácter solitario, su afición al porrón y su constante huida de unas raíces familiares asfixiantes le llevaron primero a París y luego a Ginebra, pero sobre todo a distanciarse de sus colegas, que veían en él una especie de genio demasiado individualista. A lo largo de más de dos horas, este ejercicio casi artesanal de búsqueda histórica desgrana los episodios más relevantes de una vida marcada por la fatalidad. Amigos, poetas y familiares desmenuzan una historia de envidias, celos y traiciones contrapuntada de vez en cuando por algún instante lírico. Autor de una obra breve y prácticamente ignorada, en la que destacan Compañera de hoy y sobre todo el libro póstumo Suicidios y otras muertes, el poeta de Tàrrega murió de una sobredosis de alcohol y pastillas pocos meses después de su segundo matrimonio, en un episodio sobre el que tampoco hay acuerdo entre quienes le conocieron. Juncosa evitó opinar sobre si podía hablarse o no de suicidio y prefirió poner de relieve la 'nula atención que se ha prestado a Costafreda'.

Sólo dos años antes que Costafreda, las letras catalanas habían perdido a uno de sus más relevantes autores, el poeta de Reus Gabriel Ferrater. Este año se cumplen 30 del doloroso adiós (éste sí sin discusión) y 80 de su nacimiento, por lo que la sesión de noche de los Set Dies de Poesia le homenajeó con una lectura de su obra a cargo de cuatro personas que le conocieron bien. Cuando todavía está caliente la edición de la obra completa traducida al castellano que acaba de sacar Seix Barral (Mujeres y días, con traducciones de Valverde, Gimferrer y Goytisolo), las voces de Feliu Formosa, Narcís Comadira y Marta Pessarrodona se turnaron para trasladar al Convent dels Àngels la atmósfera de agobiante posguerra que Ferrater describía en el famosísimo In memoriam. Después, las otras caras del todavía venerado poeta (aunque el mismo día, qué casualidad, un artículo publicado en un diario barcelonés lo sacaba a patadas del pedestal) fueron apareciendo progresivameente, ayudadas por el recuerdo de quien fuera su primer editor, Joaquim Horta. Horta, poeta que escribe, según confesión propia, 'para la carpeta', recordó que del poemario Menja't una cama (1962) no vendió más que 177 ejemplares, 'y eso que todo el mundo se llenaba la boca diciendo que eran tan amigos suyos'.

Para hoy están programadas tres sesiones del Barcelona Poesia: una de poetas orales para niños y no tan niños (Poesia per a nens?, Museo Marès, 12.00 horas); la esperada actuación de cuatro autores marroquíes (Poesia àrab, Centro de Cultura Contemporánea, 18.00 horas) y la dedicada a los poetas jóvenes en la recién inaugurada biblioteca de Gràcia (Torrent de l'Olla, 104, 21.00 horas).