Un tren imposible
En Málaga el ejemplo más sangrante de dificultad de acceso es la línea de cercanías de Renfe entre Málaga y Fuengirola. Los obstáculos no son sólo para los minusválidos sino también para los viajeros cargados de maletas. Apeaderos como los del aeropuerto, el tramo final de recorrido en la capital o el de la estación de trenes son un muestrario de inaccesibilidad. Cierto es que la línea data de 1975, cuando ni siquiera existía el concepto de barrera arquitectónica, pero su supresión se antoja demasiado lenta. Antonio López, portavoz de la compañía, aclara que los proyectos para su eliminación en los apeaderos de Málaga-centro y Torremolinos ya están en marcha, que el de la estación de trenes está a expensas de la remodelación integral de estas instalaciones y que el del aeropuerto se hará cuando se alcance un acuerdo con las autoridades de la terminal aérea sobre la mejora de los accesos. Las estaciones de Fuengirola y Arroyo de la Miel ya no tienen barreras; fueron eliminadas en las reformas acometidas hace un año.
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