Oliva vuelve a quejarse de irregularidades en las primarias en Málaga por uso indebido del censo
Bustinduy evita polemizar con su contrincante y remite a la comisión de garantías
El portavoz del grupo municipal socialista en Málaga, Francisco Oliva, volvió a echar ayer nuevas sombras de dudas sobre el proceso de elecciones primarias, para las que aspira a ser candidato, y se quejó de que éste no es igualitario por las 'trampas' que, dijo, hace la dirección en favor de su contrincante, Marisa Bustinduy, secretaria general del PSOE en la provincia. Oliva denunció ayer ante la comisión de garantías y la secretaría de organización federal que los simpatizantes de Bustinduy disponen de una copia del censo oficial que a él se le ha negado.
Oliva relató que en la tarde del pasado lunes mientras él tomaba notas a mano junto a su apoderado de los datos del censo del partido en la sede, dos militantes de la agrupación centro que recogen firmas para avalar la candidatura a primarias de Bustinduy, tenían en su poder varias fotocopias del listado de militantes. 'Esto es kafkiano, y demuestra la desigualdad absoluta del proceso, tengo mucha ilusión en las primarias, pero ¿qué podemos hacer ante tamaña injusticia? si no hay igualdad en la contienda no merece la pena competir', se quejó el portavoz.
Oliva compareció en conferencia de prensa con el secretario de la agrupación Centro, la más numerosa de la capital, Manuel Camas, que es el quinto dirigente local que da el apoyo a Oliva de las 12 asambleas existentes en Málaga. Camas se quejó también del grave defecto de forma y aseguró que las elecciones primarias en Málaga tienen una complejidad añadida 'porque la dirección ha decidido participar', y eso, dijo, 'debería servir para que aportara un mayor plus de responsabilidad garantizando la limpieza del proceso'.
Oliva denunció ayer el asunto ante la comisión de garantías, la oficina del censo del partido en Madrid, y la secretaría de organización federal. Entretanto, Bustinduy eludió entrar 'en una confrontación que no conduce a nada ni interesa a nadie' y aseguró: 'Si tiene algo que denunciar, hay una comisión de garantías para hacerlo que actuará con el debido rigor'.
El asunto deparó ayer una ardua discusión sobre las huellas de los envíos de fax. Oliva ilustró su denuncia con la copia de una hoja de un censo en la que aparece el registro de envío de un fax con el número de teléfono de la sede del partido, por lo que concluyó que el censo que tienen los seguidores de Bustinduy se ha mandado desde la ejecutiva.
La tesis de Oliva es que la ejecutiva ha distribuido el censo, algo de lo que hace responsable última a Bustinduy, que, desde su punto de vista, debería ser 'inhabilitada', pues dijo que se trata de una responsabilidad del partido y no del comité de garantías. 'Espero que se nos den todas las explicaciones oportunas y se depuren responsabilidades', dijo. Camas, por su parte lamentó que 'lo más inadmisible es que se nos engañe, se nos ha dicho que el censo no lo teníamos nadie y estamos demostrando que lo tiene una parte, y así el proceso de primarias no es justo, unos trabajan con unos instrumentos que a los demás se nos niegan'.
Sin embargo, la dirección demostró que ese registro es el que se imprime en los documentos que se reciben por fax, mientras los que se envían desde la sede provincial tienen una marca distinta, por lo que en todo caso se trataría de un envío hecho al partido y no desde el partido. Lo que sí es extraño es la fecha del envío, 29 de abril, día en el que la dirección federal envió por correo el censo válido para las primarias a la sede provincial y a las 12 agrupaciones locales
La secretaria de Organización, Rosa Torres, responsable de la custodia del listado, negó cualquier uso indebido de éste y explicó que se recibió el 30 de abril y que el 2 de mayo lo entregó en el sobre cerrado a la comisión de garantías, acto del que dijo son testigos los cinco miembros de ésta.
El censo de militantes del PSOE de Málaga capital ha sufrido un importante recorte en la última revisión, y de los más de 5.000 afiliados que se contabilizaron en las elecciones primarias de hace cuatro años ahora apenas quedan 1.631. Los aspirantes a las primarias necesitan la firma del 20% de los militantes para poder ser candidatos.
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