El jefe de escoltas de Chaves niega tener relación con el supuesto espía de Benjumea
El jefe de seguridad de la Presidencia de la Junta, Juan Escámez, negó ayer ante el juez tener ningún tipo de relación con Antonio Castellanos, el falso detective que supuestamente confesó en un conversación grabada en vídeo que espiaba al ex presidente de Caja San Fernando, Juan Manuel Benjumea, por encargo del presidente de la Junta, Manuel Chaves y otros dos dirigentes socialistas, Luis Pizarro y Miguel Ángel Pino. Escámez testificó durante más de una hora en el Juzgado de Instrucción número 1 de Sevilla dentro de las investigaciones abiertas por una querella de Chaves y Pizarro contra Castellanos por injurias.
La mayor parte de la declaración de Escámez, según fuentes judiciales, se centró en explicar porqué Castellanos tenía en su poder una tarjeta del jefe de escoltas de Chaves, tarjeta que Castellanos dio a los servicios de seguridad de la caja de ahorros. En la conversación grabada en vídeo, según la primera información del diario El Mundo sobre el caso (el 29 de noviembre pasado), Castellanos supuestamente aseguraba que 'entre Pino, Pizarro y Chaves' le habían mandado seguir al ex presidente de Caja San Fernando y al de El Monte, Isidoro Beneroso. Y para avalar esta tesis hacía referencia a la tarjeta que le había dado el jefe de escoltas de Chaves. 'El que manda aquí es Juan Escámez', fue otra de las frases de Castellanos grabadas supuestamente en el vídeo, según la trascripción de El Mundo.
En sus dos comparecencias ante el juez (una por la denuncia de López Benjumea por espionaje, otra por la querella de Chaves), Castellanos negó que la conversación grabada que reflejó El Mundo fuese real, la atribuyó a un montaje y rechazó su implicación ni la de dirigentes socialistas en ningún seguimiento a López Benjumea. Sí admitió que el encuentro grabado con dos detectives contratados por el ex presidente de Caja San Fernando tuvo lugar y que había dado la tarjeta de Escámez a los servicios de seguridad de la caja de ahorros.
Escámez aclaró ayer las razones por las que había dado su tarjeta a Castellanos, explicaciones que, según fuentes judiciales, coincidieron en esencial con las expuestas por el falso detective en sus comparecencias ante el juez. El jefe de escoltas de Chaves indicó que conocía de vista a Castellanos porque ambos son vecinos del mismo pueblo, Sanlúcar la Mayor (Sevilla) y porque se habían frecuentado en la infancia, pero precisó que no hablaba con él desde hacía años. Según Escámez, Castellanos se dirigió un día a él para pedirle consejo porque había sido identificado por el servicio de seguridad de una empresa que sospechaba que seguía a una personalidad -Escámez aseguró ayer que no le dijo que se trataba de López Benjumea-. Efectivamente, en septiembre, los escoltas del ex presidente de San Fernando identificaron su coche porque Benjumea al entrar en un bar sospechó que Castellanos le vigilaba, extremo que éste negó después.
El jefe de escoltas de Chaves declaró ayer que vio asustado a su vecino y que, para tranquilizarlo, le dio su tarjeta con el teléfono móvil apuntado para que le llamara si tenía algún problema con los servicios de seguridad que le habían identificado. A partir de ahí, Escámez dijo no saber nada más. En sus testimonios, Castellanos aseguro que dio la tarjeta a los servicios de seguridad de San Fernando para despejar cualquier sospecha de seguimiento.
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