El Celta se encoge a la vista de la 'Champions'
Todo el universo parece confiar en el fútbol del Celta excepto sus propios jugadores, amedrentados cada vez que algún objetivo apetitoso se cruza en su camino. Así sea un título de Copa, unas semifinales de la Copa de la UEFA o la clasificación para la Liga de Campeones. Primero se lo pone fácil para después complicarse la vida y castigar un poco más a una afición que no se merece semejante desprecio. Capaz de rizar el rizo, ayer se dio el lujo de repetir el siniestro guión de la final de Copa que perdió en Sevilla: se pone el marcador a favor y se precipita hacia abajo.
El equipo de Víctor Fernández, que tantos motivos ha tenido a lo largo de la temporada para lamentar su mala fortuna, se fue al descanso dando las gracias al cielo. Cada vez que el Sevilla cruzó el centro del campo acabó provocando un incendio en la mal defendida área celeste, donde se produjo una abdicación en masa. Sin la pelota o con ella, la zaga céltica fue un manojo de nervios, una reunión de juveniles amedrentados por el reto de la Liga de Campeones. Particularmente insensatos estuvieron Juanfran y Cáceres, vejados por Gallardo en los dos goles sevillistas, que torcieron el rumbo que marcó Mostovoi con su tanto a los seis minutos.
CELTA 1| SEVILLA 2
Celta: Cavallero; Méndez, Cáceres (Vagner, m. 46), Sergio, Juanfran; Luccin, Karpin; Jesuli (Edu, m. 46), Mostovoi, Gustavo López; y Cata-nha. Sevilla: Notario; Njegus, Pablo Alfaro, Javi Navarro, Juanmi; Gallardo, Casquero, Francisco, Tomás (Reyes, m. 67); Víctor Salas (Arteaga, m. 91) y Toedtli. Goles: 1-0. M. 6. Mostovoi roba el balón, regatea a Javi Navarro y anota de un disparo seco ajustado al palo derecho. 1-1. M. 19. Gallardo se va de Juanfran en el área y centra hacia atrás para que Toedtli remate libre de marcaje. 1-2. M. 25. Gallardo quita el balón a Cáceres y su centro lo cabecea Toedtli. Árbitro: Daudén Ibáñez. Amonestó a Sergio, Javi Navarro, Víctor Salas, Francisco, Vagner, Gallardo, Juanmi y Pablo Alfaro. Unos 30.000 espectadores en Balaídos.
Por el mismo desagüe que Juanfran y Cáceres se colaron el resto de sus compañeros excepto Mostovoi, con calidad suficiente para compensar su cansancio, y Gustavo López. Méndez no estuvo ni para defender ni para construir, Sergio abdicó, Luccin se equivocó en cada decisión y a Karpin le vino grande el desafío del doble pivote.
De milagro llegó el Celta vivo a la segunda parte. Sólo porque le tembló el pulso al Sevilla y porque Daudén anuló un gol legal. Así que Víctor optó por remover la alineación y dejó a Sergio y Jesuli en el banquillo. El partido fue distinto en la segunda parte, pero dejó similar sensación de impotencia que en la primera.
La clásica guerra sin cuartel del que se lo juega todo a una carta sólo le sirvió al Celta para certificar el deteriorado estado de forma con que ha llegado al final de la temporada. Sólo en los últimos minutos dio la sensación de poder derribar el muro sevillista, pero fue un espejismo. El Celta ha dejado de depender de sí mismo para disputar la Liga de Campeones. Y el Sevilla, ganando, se acerca a la Copa de la UEFA.
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