Hay más 'antis'
Es verdad: olvidé añadir más 'antis' nefastos en mis últimas citas. Suelo decir que cualquier 'anti' me es ajeno, como cualquier '-ismo'. Por ejemplo, el anticlericalismo. Con esta cuestión de la pederastia, y otra en la que no se hurga, menos mal, la de los amores cura-mujer o cura-hombre, tengo pena por los que caen y pena por quienes se someten. O con el caso de Palestina: me sublevo mentalmente -por escrito, que es una de mis formas de mentalidad- contra los que llaman 'antisemitas' a quienes protestan de la barbarie del Estado de Israel. Y a quienes confunden 'antisemitas' con 'antisionistas', que son los que se opusieron a la creación de este Estado o de otros que se propusieron en Australia: o en África, como en una burlona novela de Baroja, que él sí era antisemita. El problema de buscar un nuevo Sión, que renació de una manera aguda en el siglo XX, y se cumplió, lo discutieron sobre todo los intelectuales judíos. Ahora se usa como insulto contra los gentiles (yo no lo soy) que se enfrentan contra el nuevo hitlerismo de algunos que lo aprendieran como víctimas.
Para estar en la 'buena posición' hay que estar como Estados Unidos, que detesta la barbarie de Sharon pero que comprende sus razones, como supongo que ya le habrá dicho Bush a Aznar y a la comisión europea que han ido a visitarle, con el latiguillo corriente de homologar a la víctima: ¿Es que no es culpable Arafat? ¿Es que no es culpable Kofi Annan, que recibe impávido un premio al pacifismo, mientras ocurren en torno suyo las guerras más detestables pero hechas por los buenos? Decidió enviar una misión para estudiar el genocidio de Yenín; la comisión llegó hasta Suiza, que es un buen sitio para no moverse más, y Sharon se negó a dejarla entrar: Annan decide que lo mejor es disolver esa comisión.
También hay una manera de 'anti' contra las Naciones Unidas. Y para ello siempre se encuentra una respuesta generalizada: 'Claro, claro, pero peor sería que no existieran'. No estoy seguro. También tengo recuerdos de otra época, la de la Liga de las Naciones, que gemía mientras Italia atacaba e invadía Abisinia (Etiopía), y cuando Hitler empezaba sus anexiones; y durante la guerra civil española. También decían que 'peor sería que no existiese', y siempre me he preguntado por qué.
Yo no deseo que desaparezca el Estado de Israel, porque es un hecho humano, compuesto por millones de personas, de civiles utilizados por los occidentales para hacer una barrera defensiva contra los árabes: pero no me sumo a quienes dicen que 'peor sería que no existiese'.
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