Los crímenes inexplicables
La muerte violenta de Guillermo Ovalle se convierte en uno más de los crímenes inexplicables, pero al mismo tiempo fáciles de explicar, cuando se piensa en las lamentables condiciones y circunstancias en las que viven los guatemaltecos de todas las condiciones sociales y económicas.
El hecho principal es que se trata del contador de la Fundación Rigoberta Menchú, institución que no goza del aprecio en algún sector retrógrado de los que en los últimos dos años han recuperado posiciones e influencia, por lo cual no se puede borrar la posibilidad de un asesinato premeditado, al estilo de como se hizo en la época negra de violaciones a los derechos humanos, que tanto daño interno y externo causó a Guatemala.
La reacción oficial ha sido similar a la de otras ocasiones, cuando el ministerio público se ha apresurado a señalar a la delincuencia común como la responsable del crimen. Este tipo de homicidios (...) demuestran que las cosas no han cambiado y que lo más probable es que empeoren en cuanto al respeto del derecho más elemental de todos: el de la vida. (...)
La muerte de Ovalle es sólo el más reciente caso de crímenes que mandan mensajes definitivos y preocupantes. .(...) El hecho ya ha provocado numerosos despachos de la prensa internacional, que señalan la relación de la víctima con la Fundación Menchú, factor que hará a este caso motivo del interés y preocupación de las instituciones de todo el mundo que se interesan y trabajan en el campo de los derechos humanos políticos.
Guatemala, 2 de mayo
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