'A los jueces, cuanto menos se les conozca, mejor'

El ex juez Ventura Pérez Mariño (Vigo, 1948), que en 1995 abandonó el PSOE pidiendo la dimisión de Felipe González, será cabeza de la lista socialista en las próximas elecciones municipales de su ciudad natal. Lo hará como independiente y con un margen amplio para confeccionar la candidatura. Así lo ha decidido la ejecutiva gallega del partido, sin contar para nada con la local. Desde hace unos años ejerce en Vigo como abogado, con una memoria en la que abundan las amarguras de su primera etapa en la política.

Pregunta. Después del portazo que dieron ustedes en el PSOE, ¿qué le motiva a volver a la política y precisamente de la mano del PSOE?

Respuesta. Aquella salida fue muy ruidosa, por las circunstancias. Yo intenté hacer el menor ruido posible y no causar problemas al PSOE, aunque la realidad probablemente fue otra. Y desde entonces creo que han cambiado algunas cosas, que el PSOE no defiende las mismas posturas. Además se ha producido un relevo generacional de los dirigentes. Yo también he tenido mi propia peripecia personal y, después del camino recorrido por un lado y otro, volvemos a estar en sintonía y a reanudar el noviazgo por deseo recíproco.

P. He leído que incluso Felipe González avaló la propuesta de recuperarle...

R. Yo también lo he leído, pero no me consta.

P. Este reencuentro ha tenido un impacto, al menos en Vigo, que no desmerece de su anterior fichaje como juez estrella...

R. No, no: corrija eso. Yo no era nada estrella. Sólo había sido portavoz de Jueces para la Democracia, y eso no tenía mayor trascendencia en términos de popularidad.

P. Pero usted condenó a Mario Conde, por ejemplo, y eso...

R. Eso fue después de retirarme de la política, formando parte de un tribunal.

P. Con todo, debieron de ser para usted tiempos tumultuosos. ¿Qué valoración hace ahora de aquellas experiencias?

R. Tengo valoraciones ambiguas. No me parece lo mejor que un juez participe en la política y, sobre todo, que vuelva tras ejercer sus funciones judiciales, pues puede dar lugar a interpretaciones sesgadas sobre su trabajo. A los jueces, cuanto menos se les conozca, mejor. Tengo un magnífico recuerdo de mi paso por la Justicia, de nuestra pugna por conseguir una Justicia rápida, de servicio al ciudadano... De mi paso por la política guardo una sensación de claroscuros: buen recuerdo porque me dio la opción de influir en la elaboración de leyes, pero tengo muchos recuerdos amargos, viendo cómo se me hacía imposible continuar.

P. ¿Qué opina del proyecto de Ley de Partidos, de la ilegalización de Batasuna que depara?

R. Está bien que exista la ley, porque hay que proteger el sistema democrático. El problema está en algunos aspectos de esa ley, que habría que modificar. No es razonable su función sancionadora con efecto retroactivo. También creo que al que corresponde defender el principio de legalidad es al fiscal, en todo caso, y no se puede sustituir su actuación por las firmas de equis diputados.

P. ¿Por qué vuelve usted a desembarcar en el PSOE?, ¿será un salvavidas en la drástica crisis que vive en Vigo?

R. No desembarco en el PSOE, sino en una candidatura. Quiero ser alcalde de Vigo con el partido, pero yo me mantendré como independiente. Yo me presento sólo para cubrir en la medida que pueda un déficit constatable en la política municipal, después de varias promociones de políticos locales que no son referenciales para los ciudadanos.

P. ¿Usted es de izquierdas?

R. Soy de izquierdas. Sin embargo, creo que lo que quieren los ciudadanos en sus municipios es una buena gestión, honradez, transparencia, oportunidades reales de bienestar... y eso no es patrimonio de la izquierda.

P. En la propia militancia socialista, sin embargo, hay con usted reticencias, incluso hostilidades manifiestas: ¿cómo piensa neutralizarlas?

R. Comprendo las reticencias. Elegir a un independiente supone una cierta censura a una manera de hacer de lo que hay; de otro modo, no estaría donde estoy. Pero también indica una intención de renovación, y eso es positivo para el partido.

P. Mantiene unas buenas relaciones con los dirigentes de Santiago y Madrid... ¿Desde hace mucho?

R. Las mantengo buenas con algunos dirigentes. Hace unos meses, Zapatero me propuso como consejero del Banco de España, pero el ministro Rodrigo Rato no aceptó mi candidatura. Y, mira, ahí sí que me hubiera gustado estar, con todo este lío que se va conociendo ahora...