Un día de fiesta para lograr un mundo más justo y solidario
Acercar a los ciudadanos a la realidad de los países del sur y sensibilizar sobre la necesidad de construir un mundo más justo. Con este objetivo, la organización Intermón Oxfam reunió ayer a unas 40.000 personas en distintas ciudades catalanas en la fiesta solidaria que, bajo el lema Un día para la esperanza, celebra anualmente.
La fiesta se desarrolló de forma simultánea en Barcelona, Girona, Reus, Mataró, Terrassa y Vilanova i la Geltrú, además de en otras 35 ciudades españolas. En esta edición, Intermón presentó la campaña internacional Comercio con justicia, que pretende alertar de la capacidad que podría tener el comercio mundial para ayudar a centenares de miles de personas de todo el mundo a salir de la pobreza.
La de Barcelona fue la más multitudinaria de las convocatorias y se realizó en el parque de la Ciutadella. Durante todo el día los participantes pudieron conocer las campañas, proyectos de cooperación y publicaciones de Intermón en las casetas instaladas en el recinto. Para los niños, la asociación organizó juegos y talleres representativos de los proyectos de desarrollo y la realidad de los países más desfavorecidos. La jornada contó también con actuaciones musicales y de animación y tenderetes de productos y gastronomía típicos de los países del sur.
En el manifiesto leído ayer durante la fiesta, Intermón asegura que si África, América Latina, el sureste asiático y el Lejano Oriente incrementaran un 1% su participación en las exportaciones mundiales, 128 millones de personas podrían salir de la pobreza. Pero esta -aparentemente- sencilla receta requiere, según la organización internacional, cambiar las reglas del juego del comercio mundial.
El texto de la organización, que leyó el ex ministro de Industria Joan Majó, deja bien claro en manos de quién está el poder para modificar estas 'reglas del juego' y exige a las potencias occidentales que cambien su forma de actuar. Así, Intermón pide a los países ricos que abran sus mercados a los productos originales de los países más pobres; a la Organización Mundial del Comercio y a las instituciones financieras, que trabajen de forma más democrática; a las empresas transnacionales, que respeten las condiciones laborales, y finalmente, apela a la responsabilidad y la fuerza de los consumidores como otra herramienta para promover cambios.
En este sentido, el director general de Intermón, Ignasi Carreras, insistió en la 'fuerza de los ciudadanos para acabar con las injusticias' y aseguró que la elevada participación e implicación en la jornada de ayer constituye 'un importante paso adelante'.
Durante la jornada, representantes de las instituciones catalanas se acercaron al parque de la Ciutadella para mostrar su apoyo a la tarea que desarrolla Intermón. El conseller en cap, Artur Mas, acudió a la fiesta acompañado de su mujer y su hijo menor, que firmó la postal de adhesión a la campaña Comercio con justicia. Mas alabó la 'perseverancia' con la que Intermón lucha para conseguir reducir los desequilibrios entre países y aseguró que el comercio justo constituye 'un hilo de esperanza para lograrlo'. Asimismo reconoció 'el papel y la responsabilidad de las instituciones para cambiar la mentalidad y las reglas del comercio internacional'.
La concejal de Bienestar Social del Ayuntamiento de Barcelona, Núria Carrera, apuntó que actos como el de ayer 'muestran la necesidad de que los ciudadanos se movilicen para causas justas' y destacó el 'talante solidario de los ciudadanos de Barcelona y la importancia de su tejido asociativo'. Carrera explicó que el Gobierno de la ciudad se ha adherido a la campaña de Intermón y aseguró que el consistorio 'compra productos que provienen del comercio justo'.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.