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Crítica:CRÍTICA | CLÁSICA
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Barroco en Torrent

La fiebre desatada ya hace tiempo a favor de la música antigua no consiguió, sin embargo, llenar el Auditori de Torrent. Allí actuaba, a precios realmente módicos, uno de los conjuntos más prestigiosos en ese repertorio: Musica Antiqua Köln. Las grabaciones de esta agrupación, realizadas para Deutsche Grammophon y Archiv, han sido acreedoras de numerosos premios, constituyéndose en referente importante dentro de la interpretación historicista.

En la gira que están llevado a cabo por España, han encontrado un hueco para recalar en Torrent, ofreciendo desde allí un interesante programa centrado en Telemann, compositor que engarza de forma significativa el complejo tránsito entre el Barroco y el Clasicismo. Por eso, al lado de sus incursiones en territorio galante, al lado de su amor por la sencillez y la transparencia, características todas ellas que darán paso a la luminosa síntesis denominada 'estilo clásico', encontramos también el vigor radical, el impulso continuado y el contrastado dinamismo que relacionamos con las más puras esencias de la música barroca. Reinhard Goebel y sus músicos no dejaron de subrayar ese último aspecto: así se expuso, por ejemplo, el tercer movimiento del Concierto en La Mayor (TWV 51:A4), o el segundo del Concerto Polonois en Si bemol. También hubo resonancias barrocas -por los ecos de las tempestades vivaldianas, entre otras muchas cosas- en los dos primeros conciertos en Sol Mayor. Los elementos descriptivos, que tantas pinceladas de color dieron a la música del XVIII, tuvieron un magnífico ejemplo en esta sesión: el croar de las ranas fue imitado con gracia por los violines y la viola en una obra oportunamente denominada Die Rillinge. La faceta solemne (aunque también galante) encontró el mejor exponente en el dolce inicial del TWV 43:G7.

Musica Antiqua Köln

Director: Reinhard Goebel. Conciertos para cuerda de Telemann. Auditori de Torrent. 23 de abril de 2002.

Ni qué decir tiene que el conjunto de Colonia utilizó para expresarse los parámetros promulgados por las interpretaciones historicistas: instrumentos originales, vibrato contenido, articulación precisa y gama dinámica voluntariamente limitada: no hay en esta música espacio para los extremos sonoros -ni hacia arriba ni hacia abajo-. Tampoco los reguladores (progresiones paulatinas) se usaron mucho hasta la escuela de Mannheim. Por eso Goebel y sus músicos, atentos a la pureza original, se atuvieron a un mezzo-forte que parece aquí estipulado por la filología.

Quizás fuera el Concierto a sei el más intenso de todos los interpretados, o quizás fue sólo el que dio más juego. Curiosamente, es aquél cuya textura contrapuntística se evidencia mejor. Y ello nos revela que el músico de Magdeburgo, por más que disfrutara mirando hacia nuevos horizontes, probablemente tuviera un anclaje de mayor calibre dentro del territorio barroco. En cualquier caso, el bis que ofreció el grupo ante los insistentes aplausos fue una cima en ese ámbito. El precioso Bach de Concierto para dos violines puso un magnífico broche a su lectura de Telemann.

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