Ventiladores de oferta
Muy esperado este estreno de la compañía madrileña Provisional Danza. Y decepcionante, a pesar de que hay momentos de fuerte imbricación entre la potente banda sonora (a base de fragmentos muy conocidos de grandes compositores contemporáneos) y la gestualidad extrema, esa pantomima agónica y sin justificación, siempre al borde del éxtasis místico o del desorden.
Carmen Werner quiere impresionar al público, dejarlo exhausto, y solamente consigue lo segundo. El resultado es dudoso en lo estrictamente coreográfico, pues se trata de una sucesión de retales y acciones de taller no siempre bien fijadas ni encadenadas y, sobre todo, muy oscuras. Lo hermético, lo incomprensible, no es siempre lo mejor ni lo más moderno. El pudor del artista y su decisión de solamente mostrar lo realmente válido siguen siendo las bases conceptuales del espectáculo, sea cual sea su estilo.
Provisional Danza
Legión de ángeles. Coreografía: Carmen Werner; música: Penderecki, Schnitke, Pärt y otros; vestuario: Luis Mercader; luces: Gloria Montesinos. Sala Cuarta Pared, Madrid. 23 de abril.
La obra trata de ángeles, y hay una cita bastante lírica de Gustavo Martín Garzo que se debe suponer línea argumental o punto de partida. Pero estos ángeles sin vuelo no son los de Giotto, ni los de Crivelli, ni siquiera los de Blake o los de Wenders; simplemente se desplazan, se observan y se hastían. La música es ambiciosa, pero el collage no atiende a crescendo o a tempi específicos, y reúne en una misma linealidad fenómenos armónicos muy diversos, que no casan. Eventualmente, el movimiento demuestra que los bailarines están bien entrenados. ¿Pero dónde está la danza como tal? Sobrio y funcional el vestuario ideado por Mercader.
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