El presidente de los asesores fiscales dice que la 'gente tiene la sensación de hacer el tonto al pagar impuestos'

'Es una vergüenza que una entidad [por el BBV] tenga un manual que aconseje invertir dinero opaco en paraísos fiscales y evitar pagar los impuestos. Mucha gente tiene la sensación de que hace el tonto al pagar impuestos. Pasito a pasito, vamos a ir casi a la insumisión fiscal'. Con éstas y otras contundentes frases se despachó ayer el presidente de la Asociación Española de Asesores Fiscales, Antonio Durán-Sindreu, a propósito de las cuentas secretas del BBV.

Durán-Sindreu, que preside una entidad que agrupa a 1.800 profesionales de la asesoría fiscal en España, defendió la honorabilidad de estos profesionales. 'Por nuestros despachos pasan el 90% de las declaraciones fiscales, pero actuamos siempre dentro de la legalidad. Todo el mundo debe intentar pagar lo menos posible a Hacienda, pero dentro de la legalidad', recalcó. 'Asuntos como el del BBV y Gescartera generan una grave desconfianza entre la gente y, además, coinciden con la campaña de renta para mayor escándalo de los contribuyentes', añadió.

'Me parece escandalosamente incomprensible que se incorporen 225 millones de euros (37.4000 millones de pesetas) a las cuentas del banco [por el BBVA] y nadie se dé cuenta de ello. Exigimos el máximo rigor a los tribunales en este caso', recalcó.

El presidente de los asesores fiscales no quiso opinar sobre si el secretario de Estado de Hacienda, Estanislao Rodríguez Ponga, que fue asesor fiscal del BBV, debe dimitir de su cargo, pero recordó que 'a veces se apela a la higiene democrática' para justificar la dimisión de un cargo público. Aseguró que ni Rodríguez Ponga ni su antecesor en el cargo, Enrique Giménez-Reyna, dimitido por el caso Gescartera, 'han sido nunca' miembros de la asociación que preside.

Durán-Sindreu pidió transparencia a Hacienda en este caso y advirtió de que aún no se conoce 'la lista de los inversores que tenían cuentas en Jersey a través de Privanza', filial del BBVA.

El presidente de los asesores fiscales españoles reclamó que se apruebe 'de una vez por todas la nueva Ley General Tributaria', un proyecto de Giménez-Reyna que quedó paralizado tras su dimisión. Esta ley regula las relaciones de los contribuyentes y Hacienda. Según afirmó, el Ministerio de Hacienda quedó 'paralizado durante medio año a nivel técnico tras la salida de Giménez-Reyna' y expresó su temor a que ocurra lo mismo si su sucesor acaba dimitiendo.