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'No me pasó como a Figo, en Barcelona me recibían bien'

Tiene un hijo barcelonés y una hija madrileña. Y es que la trayectoria futbolística de Evaristo de Macedo (Río de Janeiro, 1933) le llevó de Brasil a los dos grandes del fútbol español, donde viviría momentos especialmente emotivos. Instalado definitivamente en el santoral del barcelonismo desde aquel 23 de noviembre de 1960 al marcar el gol que eliminaba por primera vez al Real Madrid de la Copa de Europa, acabaría fichando por el club blanco dos años después en una controvertida decisión. Ahora entrena al Vasco da Gama y disfruta de los goles de Romario. Y si le recuerdan que hoy se juega un Barça-Madrid -no estará en el Camp Nou, pese a estar invitado por Joan Gaspart, por un compromiso con su club-, la memoria le tira un centro que como buen delantero está dispuesto a rematar.

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Un clásico exportable

Pregunta. Aquel gol contra el Madrid en octavos de final de la Copa de Europa tiene un significado muy especial para el barcelonismo.

Respuesta. Siempre que veo en mi casa la foto de ese momento recuerdo la jugada y todo lo que significó. En realidad Olivella intentaba chutar a gol, pero el tiro le salió desviado. Yo entraba al área y la única solución para llegar al balón era tirarme en plancha. Vicente, el portero, estaba a la misma distancia de la pelota. La foto recoge el momento justo en el que los dos estamos volando en dirección al balón. Pero yo llegué antes.

P. ¿Cómo eran aquellos duelos?

R. Los dos equipos tenían la misma filosofía de juego y el mismo esquema. Jugaban abiertos y siempre buscando el gol. Nunca eran defensivos ni especulaban con el resultado. Yo era un delantero, no un nueve. Tenía pegada con las dos piernas, salía del área para armar la jugada, tenía regate y buena técnica. En España eso se hacía raro en un delantero porque la imagen que se tenía era la de Zarra, y yo no tenía nada que ver con eso.

P. ¿Cómo vivía un brasileño la rivalidad entre los dos clubes?

R. Yo estaba acostumbrado a jugar clásicos locales como el Flamengo-Vasco. Y al llegar a España me encontré con algo que casi no comprendía. Lo empecé a entender cuando marqué tres goles al Madrid en el Camp Nou en un partido de Liga y eso tuvo mucha repercusión en Barcelona. En la cuestión política sabía que Barcelona había estado contra Franco, que había algo que no estaba bien resuelto. A los extranjeros se nos hacía muy raro porque nunca participamos de esas cosas, pero acabábamos siendo favorables al sentimiento general que vivía la afición de Barcelona, y ganarle al Madrid era muy importante.

P. Tras ese momento glorioso el Barcelona acabó perdiendo la final de la Copa de Europa en Berna, ante el Benfica.

R. Fue un momento muy malo. Recuerdo que en el último minuto tiré a puerta, el balón dio en el palo y cayó en las manos del portero. Una mala suerte tremenda, porque merecimos ganar. Habíamos hecho un gran partido pero volvimos a casa frustrados.

P. Su salida del Barcelona fue un tanto traumática. ¿Cómo ocurrió?

R. La Federación presionaba al Barcelona para que yo me nacionalizara español y así jugar el Mundial del 62. Pero yo no tenía antecedentes españoles y quería volver a jugar con Brasil. Ya me había perdido el Mundial de Suecia por ir al Barça. El presidente Llaudet me dijo que si no me hacía español no seguiría en el equipo.

P. Y entonces surgió la posibilidad de ir al Real Madrid.

R. El Madrid me llamó cuando supo lo que estaba ocurriendo. Me respetaban la nacionalidad brasileña. Era una decisión complicada porque me gustaba Barcelona, el club, el modo de vida de la ciudad y la afición, que me quería mucho. Intenté seguir en el club por todos los medios pero no hubo manera. Yo quedaba libre y elegí el Real Madrid. Pero no me pasó como a Figo, ¿eh?. A mi me recibían muy bien en el Camp Nou. En realidad la afición me comprendía y estaba muy enfadada con la directiva del Barcelona por mi marcha. Pero conmigo se portaron con cariño, como en el Madrid, donde me trataron muy bien.

P. ¿Cómo ve a los dos equipos actualmente?

R. El R. Madrid está más hecho. Tiene una alineación reconocible. En el Barcelona hay demasiados cambios y el equipo no adquiere el acoplamiento necesario. Por eso el Madrid tiene ventaja. Pero en estos partidos más allá de la calidad de cada uno pesan más la rivalidad y el corazón.

P. ¿Y qué jugadores le gustan más en cada equipo?

R. Zidane es un superclase. También me gustan Xavi, antes Guardiola, por supuesto Rivaldo que tiene muy mala suerte con las lesiones... Pero yo he sido delantero, y por eso me gusta mucho Kluivert, que tiene buen remate y mucha técnica como tenía yo, y Raúl. No tiene físico de delantero, pero sí la inteligencia necesaria para irse de los defensas con mucha facilidad. Quiero que gane el mejor y los dos equipos tienen grandes jugadores. En el fútbol si tienes buenos compañeros al lado las cosas se hacen fáciles. Yo jugaba con Kubala, Suárez, Czibor. He tenido suerte.

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