El fiscal pide 30 años por violación y asesinato de una mujer en Gandia

José G. M., de 30 años, confesó ayer ante un jurado en Valencia que el 25 de julio de 2000 mató a Kathleen Yvone, de 44 años, en Gandia, pero negó la acusación de violación. El fiscal, en cambio, le considera autor de la muerte a golpes y posterior asfixia de la mujer -que se encontraba en Gandia pasando unos días de vacaciones-, por lo que solicita 20 años de prisión, e igualmente le imputa un delito de violación, por el que pide 10 años de cárcel.

El acusado explicó ayer en la primera sensión del juicio que él y la víctima se encontraron en una de las avenidas principales de Gandia pasadas las cinco de la mañana. Admitió que ambos habían bebido, que durante el paseo, por el Camino Viejo del Grao, en el que su intención era acompañarla a casa, se tocaron, que se metieron en el jardín de un bloque de apartamentos y que de repente ella se puso a gritar. En su testimonio relató que la golpeó 'porque se puso histérica y no se callaba'. El acusado, cuando advirtió que la mujer estaba muerta, intentó ocultar el cuerpo. Dos días después, el 27 de julio de 2000, a las 5.00, volvió al lugar de los hechos con una botella llena de gasolina y roció la cabeza y los muslos de la víctima en un intento de borrar cualquier huella. Tres horas después, un vecino descubrió los restos de Kathleen. La policía detuvo al acusado a las 18.00 del día siguiente y, según el fiscal, confesó ante la policía ser el autor de la muerte de la mujer.

El acusado explicó que su intención inicial tras lo ocurrido fue la de entregarse 'porque fue un accidente'. 'Pero me enteré de un problema familiar, me puse muy nervioso y no lo hice', alegó al relatar por qué no se entregó.

El fiscal expuso ante el jurado sus conclusiones, en las que considera que el acusado golpeó brutalmente a la víctima en la cabeza 'con puñetazos certeros y de gran potencia hasta dejarla semi-inconsciente, circunstancia que aprovechó para penetrarla vajinalmente'. La defensa, en cambio, dijo que la mujer murió accidentalmente, que su cliente no abusó sexualmente de ella y que su intención no fue la de quitarle la vida.