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ESB admite que el rechazo a su planta es 'importante, pero minoritario'

El Gobierno anunció ayer que los resultados de la consulta popular del domingo en Amorebieta no variarán su postura sobre el proyecto de la central energética de Boroa. El consejero de Industria y portavoz del Ejecutivo, Josu Jon Imaz, dijo que 'respeta' la opinión de los vecinos, pero recalcó que la planta 'seguirá adelante porque es [un proyecto] estratégico para Euskadi'.

El referéndum contó con la participación de 5.445 vecinos, el 43% del censo electoral de Amorebieta, de los que 5.352 votaron en contra de la instalación de la central, frente a 53 sufragios favorables, 19 en blanco y 21 nulos.

Imaz insistió en que la planta, promovida por la empresa pública ESB y que se encuentra sólo pendiente de los últimos permisos municipales, cumple 'rigurosa y escrupulosamente con todos los requisitos urbanísticos y medioambientales y está en la línea de lo que pretende el Gobierno vasco: el empleo de combustibles limpios'. La Diputación vizcaína, propietaria de los terrenos del polígono donde se prevé ubicar la central de ciclo combinado, rehusó comentar la encuesta. 'La Diputación no realiza ninguna valoración de ese tema', dijo un portavoz.

La empresa irlandesa ESB sí opinó sobre los resultados de la consulta popular y consideró que el rechazo de cerca del 43% de la población es 'una cifra importante, pero minoritaria', señaló un portavoz. Estos votos contrarios, se corresponden, a su juicio, 'a la incidencia electoral de los tres partidos que apoyaron la consulta: Batasuna, IU y EA'.

La promotora estima que los resultados le obligan a'seguir trabajando, informando y ayudandoa la gente a despejar los temores que, aunque son infundados, es evidente que tienen'. ESB incidió en la reducción del número de ciudadanos que se oponen a la infraestructura, descenso que atribuye a su campaña informativa sobre la central desplegada en el último año. 'Al inicio del 2000 tenían [los opuestos a la planta] el apoyo de 15.000 firmas; durante 2000 hicieron una manifestación a la que acudieron 12.000 personas, que posteriormente se redujo a 7.000 y en la última marcha de protesta, el 26 de enero, se estableció en unas 5.000'.

En cambio, la plataforma Zornotza Bizirik, convocante de la consulta, calificó los resultados de 'victoria' y 'éxito'. 'Lograr una participación del 43% y que, de ese porcentaje, un 98,3% vote en contra de la central es un éxito', aseguró Juan Ramón Dudagoitia, uno de sus portavoces.

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Dudagoitia destacó la legalidad de la consulta, 'que tiene toda la legitimidad' y reveló que antes de una semana presentarán los resultados definitivos al Ayuntamiento, la Diputación y el Gobierno vasco. 'Esperaremos a ver qué hacen. Si no nos hacen caso, seguiremos con las protestas, porque no vamos a consentir una imposición, que es en lo que se ha convertido este proyecto'.

'Demócratas de verdad'

El portavoz vecinal llamó a las instituciones a que 'demuestren que son demócratas de verdad y respeten la voluntad del pueblo' e instó a la promotora irlandesa a 'marcharse de Amorebieta y si se marcha de Euskal Herria, mucho mejor'.

Greenpeace también se alegró por el referéndum, que supone 'una victoria para el medio ambiente', y destacó que el Ayuntamiento 'no puede ignorar la voluntad del pueblo y debería rechazar definitivamente la térmica. ESB debería retirar el proyecto y, si quiere volver, hacerlo con energías renovables'.

Los partidos políticos ofrecieron análisis diferentes. El presidente del PNV vizcaíno, Iñigo Urkullu, calificó de 'muy respetable' el resultado de la consulta, pero añadió que es un proyecto 'beneficioso' para Vizcaya y Euskadi y que 'excede' del ámbito de Amorebieta. Inmaculada Boneta (EA) reconoció el 'importante' sector vecinal opuesto a la planta, pero destacó que los participantes en la consulta 'han sido precisamente aquellos que no quieren la central'. Arturo Aldecoa (PP) destacó que el referéndum 'carece de interés y no es vinculante' y Oskar Matute (IU) opinó que las autoridades deben abandonar el proyecto.

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