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80 rumanos viajaron a Sabadell con la promesa de un contrato de trabajo inexistente

Un total de 80 rumanos llegaron a Sabadell el pasado 12 de marzo, en autocar. Les habían prometido buenos trabajos en la construcción y la metalurgia, y un buen sueldo. Algunos hipotecaron sus casas, otros pidieron préstamos a los bancos y algunos recurrieron a los usureros. Todo para pagar un viaje en autocar y los supuestos trámites para conseguir un contrato legal. Desembolsaron 600, 1.200, y hasta 1.800 euros (100.000, 200.000 y 300.000 pesetas) a Bluebird Invest, Milenium 2000 y Wiboh, tres empresas rumanas que se dedican a 'tramitar y buscar trabajo en el extranjero', afirman.

Los intermediarios, Ion Andrei y Marian Dobre, viajaron con ellos a España. Se alojaron, como ellos, en dos hostales de Sabadell. Eso sí, sólo los dos primeros días. Durante tres semanas les iban visitando y les llamaban para repetirles que confiaran en ellos, que esperaran. El domingo pasado fue el último día que los vieron. Dijeron que iban a por el autocar y que en media hora les llevarían a sus respectivos lugares de trabajo. No han vuelto a saber de ellos.

El viernes la situación de estos ciudadanos rumanos se hizo insostenible, se habían quedado sin dinero, y la Cruz Roja y el Ayuntamiento de Sabadell se movilizaron para ayudarles. El consistorio ha pagado su alojamiento hasta el lunes y ha iniciado gestiones para repatriarlos. La policía 'investiga quién podría haber detrás de todo esto', explica el concejal de Seguridad Ciudadana de Sabadell, Joan Carles Sánchez. Entre estos ciudadanos hay de todo, jóvenes recién licenciados, padres de familia de 50 años, profesionales cualificados y no cualificados, chóferes, ingenieros agrónomos e industriales, soldadores...

Ayer por la mañana estaban en la pensión donde se alojan y un empresario, alertado por los medios de comunicación, se personó en el lugar buscando soldadores. Enseguida aparecieron dos hombres, listos para entregar un currículo y explicar lo que saben hacer.

El empresario no les pudo prometer nada, pero los ojos de los dos hombres se abrieron llenos de expectativas. Aunque también hay otros que lo único que quieren es regresar a Rumania sanos y salvos. Están cansados de esperar, tienen miedo de las mafias y ya no saben qué creer. Antes de que apareciera el empresario, a media mañana, Dragomir Tanasi, el cónsul rumano en Barcelona, había acudido a verles. Tanasi no entiende que no se pusieran en contacto con él hasta el viernes, cuando llevaban más de tres semanas esperando el trabajo. Tampoco comprende cómo estos trabajadores se lanzaron a esta aventura. La prioridad de Tanasi es que antes del martes puedan regresar a Rumania: 'No tienen medios y sólo un visado de turista'. El cónsul ha llamado a su país para que se investigue a las tres empresas.

Sólo 40 de los 80 rumanos permanecen en Sabadell. Tanasi explicó que Milenium 2000 ya fletó un autocar el viernes para que regresaran los que habían venido a través de esta empresa. Aunque no está claro que los 40 optaran por volver a Rumania. Constantin Alexandrea tiene 23 años y es ingeniero industrial. Afirma que el viernes fue al aeropuerto de Barcelona a buscar al gerente de Milenium 2000: 'Creo que es honesto; se preocupó, vino aquí y se encargó de que estas 40 personas regresaran a Rumania'. Alexandrea sostiene que los que han mentido, 'los malos', son los intermediarios: Marian y Ion. Cree en la honestidad de las empresas, pero a la vez no entiende qué ha pasado. 'La compañía a la que yo pagué -Bluebird Invest- tiene 10 años de experiencia, ¿cómo es que estas dos personas les han engañado?', reflexiona. Y empieza a enumerar todo lo que hubieran podido hacer para asegurarse de que en realidad existía un contrato: 'Pedir una copia a Andrei, hablar con el abogado, visitar la web del Ministerio de Trabajo para comprobar qué papeles son necesarios...'. Igual que sus compañeros, nunca tuvo ningún documento que garantizara el trabajo. Sólo 'palabras', explica. Afirma que se 'sienten engañados y manipulados'. ¿Por qué pagaron tanto dinero sin tener ninguna garantía? Uno de ellos responde que lo que buscaba era poder dar una oportunidad a sus dos hijos, de 10 y 13 años. 'Llegamos llenos de esperanza y regresamos peor de como estábamos antes de partir', resume Andrei.

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Algunos de los  rumanos que siguen en Sabadell a la espera de volver a sus casas.
Algunos de los rumanos que siguen en Sabadell a la espera de volver a sus casas.VICENS GIMÉNEZ

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