Aconfesionalidad vulnerada
Con ese mismo título aparecía en esta sección una carta firmada por Boti García Rodrigo, al parecer presidenta de COGAM (Colectivo de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales de Madrid). Tras criticar la concesión de casi 40.000 euros para una Fundación de Solidaridad Humana, destinados a 'impartir 60 talleres de educación sexual en institutos de la región', calificaba de 'intolerable' que, después de años de ausencia de esto, se dé ahora por medio de esta Fundación, 'al parecer vinculada a la Iglesia católica', cuando ésta 'no es la más indicada para dar clases de sexualidad a nadie'.
Y esto lo asegura Boti, a pesar de 'todo el respeto que nos merecen los millones de católicos progresistas que hay en el mundo (y los millones de católicos gays y lesbianas)'. Además, añade la ocultación de casos 'durante años' de 'los casos de abusos sexuales a niños y adolescentes', y que 'tiene en sus filas a miles de gays y lesbianas'.
A continuación, puesta a criticar, lo hace por 'negarse a promocionar el uso del condón, ni otros', 'en el país de más baja natalidad del mundo'. Después de todo esto -aunque me parece un poco exagerado, homologar 'los miles de católicos progresistas' con 'los millones de gays y lesbianas' católicos, y que nosotros solemos llamar sodomitas- parece que lo más correcto sería conocer a su colectivo para darnos esos '60 talleres', todo ese dinero, ya que ellos sí que nos darían unas 'clases' muy bien fundamentadas y ortodoxas. ¡También de natalidad!
¡En serio! Si bien es muy cierto que la 'Iglesia católica' (léase jerarquía) ha perdido ya, a lo largo de XVII siglos de incoherencias, casi la totalidad de su prestigio, su credibilidad y su autoridad moral, por sus desviaciones doctrinales, corrupciones y demás, también es muy cierto que los 'colectivos' de sodomitas, donde están incluidos todos sus miembros por sus prácticas contranatura, indignas de ser aireadas como correctas, no pueden perder nada de esto, por la sencilla razón de que jamás la han tenido, ni la tendrán. ¡A Dios gracias!
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