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El PSE traslada al Gobierno y al EBB sus quejas contra Egibar por la polémica del Ararteko

El portavoz del PNV dice que los socialistas usan los nombramientos para 'encajes' internos

La renuncia de Joaquín Oquiñena a ser el nuevo Ararteko no apaciguó ayer la polémica abierta entre PNV y PSE. Al contrario, la discusión entre los portavoces de ambos partidos subió varios grados de tono, al acusar el peneuvista Joseba Egibar al PSE de usar los nombramientos de los cargos institucionales para sus 'encajes' internos. El socialista Rodolfo Ares lo negó, acusó a Egibar de mentir en su relato de las conversaciones de ambos partidos previas a la elección de Oquiñena y señaló que este nombre era 'una apuesta muy personal' del portavoz peneuvista, con quien grabarán cualquier otra conversación que mantegan. El PSE elevó sus quejas contra Egibar tanto al Gobierno como al EBB.

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Cuando el lehendakari, Juan José Ibarretxe, regrese mañana de su viaje a Cuba se encontrará desbaratado otra vez un asunto que dejó resuelto a su marcha, y por añadidura tendrá que volver a recuperar unas relaciones que él mismo y el presidente de la gestora del PSE, Ramón Jáuregui, habían empezado a encarrilar.

En pocos días, el embrollo en torno a la designación del nuevo titular de la institución del Ararteko y de su adjunto, renuncia del primero incluida, ha enrarecido de nuevo el ambiente de deshielo en las relaciones parlamentarias con los socialistas que el propio Ibarretxe destacó tras el pleno del día 27, que ratificó el acuerdo para los nombramientos institucionales. Su primera entrevista con el nuevo secretario general del PSE, Patxi López, una de sus primeras tareas al regreso, tiene así una complicación adicional en agenda.

En ausencia del lehendakari, el portavoz del Ejecutivo, Josu Jon Imaz, no quiso opinar ayer sobre la situación creada y señaló que la designación del Ararteko compete al Parlamento, por lo que el asunto deben resolverlo los grupos parlamentarios. Sin embargo, el PSE se dirigió ayer mismo de forma directa tanto a la ejecutiva nacional peneuvista como a relevantes miembros del Gobierno, a quienes traslado formalmente sus quejas por el comportamiento de Egibar en este asunto.

Los socialistas tomaron esta decisión después de que el portavoz del PNV les acusase de usar la elección de los cargos institucionales para resolver sus 'encajes' internos. Esta acusación suscita indignación en el PSE, máxime cuando ayer mismo tomaron posesión los nuevos miembros del Tribunal de Cuentas, entre ellos José María Gorordo, cuyo partido, ICV, es socio de los peneuvistas en el Ayuntamiento de Bilbao. Gorordo, cuyo nuevo cargo le obligará a no concurrir de nuevo contra el PNV por la alcaldía bilbaína, ha contado para el Tribunal de Cuentas con el voto de los socialistas.

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Egibar y Ares siguen sosteniendo un pulso para culparse del fallido desenlace de la negociación que han conducido, en el que el primero atribuye la propuesta de nombrar adjunto al Ararteko al alcalde de Irún, el socialista Alberto Buen, a 'puros intereses partidistas'. El PSE, según la interpretación de Egibar, estaría interesado en promocionar para las próximas elecciones a quien será su candidato a alcalde de Irún, José Antonio Santano, miembro además de la nueva ejecutiva socialista.

Egibar aseguró que hasta el 26 de marzo, 24 horas antes de la votación de Oquiñena en el pleno de la Cámara, el PSE mantenía como candidata a adjunta a Arantxa Leturiondo y niega haber aceptado nunca la propuesta de Buen. Ares acusó a Egibar de mentir en ambas cuestiones. La propia interesada negó a este periódico que hubiese sido propuesta al cargo.

El portavoz parlamentario del PSE se interrogó también por los motivos del PNV para esperar diez días antes de cuestionar la idoneidad del adjunto propuesto, cuando no mostraron ninguna reserva al conocer el nombre de Buen la víspera del pleno de elección de cargos. Los socialistas piensan que Egibar quiso garantizarse la elección de Oquiñena, al que Ares considera 'una apuesta muy personal' del portavoz peneuvista, que no gustaba tanto en otros sectores de su partido. 'Egibar miente y manipula para justificar su enfado, su decepción y los problemas internos que tenga en su partido', agregó.

Ares anunció, aclarando que no lo decía en sentido figurado, que de ahora en adelante cuando el interlocutor de su partido por el PNV sea Joseba Egibar, grabarán las conversaciones y exigirán documentos firmados. Pese a todo, los socialistas están dispuestos a reemprender 'desde cero' las negociaciones sobre el Ararteko y Ares no sostuvo ya ayer el nombre de Alberto Buen como había hecho la víspera.

Otras fuentes socialistas dan por hecho que un hipotético acuerdo futuro tendrá que prescindir también del alcalde de Irún y admiten que su cuestionamiento no proviene sólo de los partidos, sino de sectores sociales que censuran su comportamiento sobre la exclusión de las mujeres en el Alarde de su ciudad.

Oquiñena y Buen guardaron ayer silencio. Los dirigentes del PSE de Irún acusaron a Egibar, de haber 'organizado una cacería contra los socialistas' de la localidad fronteriza.

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