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Desarticulada en Canarias una red que estafó 100 millones de euros a 50.000 personas

La organización fraudulenta vendía inmuebles inexistentes en régimen de multipropiedad

Agentes de Policía Judicial de Canarias, Madrid y Málaga, en colaboración con el Reino Unido y Portugal, detuvieron ayer a cinco personas, acusadas de su vinculación con una red internacional de estafa de inmuebles inexistentes en régimen de tiempo compartido, que era controlada desde la cárcel por Mohamed Derbah, el que fuera mano derecha del empresario John Palmer, actualmente en la prisión de Bellmarsh (Londres) por una estafa a 17.000 turistas, 8.000 de ellos británicos. El director de la Policía, Juan Cotino, cifró ayer la estafa, que afecta a 50.000 personas, en 100 millones de euros.

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Agentes de la Unidad de Intervención Policial alertados desde la noche del martes detuvieron a Sara Leila Hachemi, Denis Oswald Jonson, Lisa Jonson, Benigno Montesdeoca de la Cruz y Abadía Ali Fahrat, en un registro efectuado de madrugada en dos locales y cuatro domicilios de Playa de Las Américas (Arona, al sur de la isla canaria de Tenerife), donde operaba esta red desde hacía años, además de en Madrid, Costa del Sol, Francia y Portugal. Los detenidos fueron trasladados ayer a Madrid, donde hoy serán interrogados por el juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón, que ha coordinado esta operación.

En el registro se encontró 'numerosa documentación que ahora será estudiada minuciosamente', afirmó el director general de la Policía, Juan Cotino, además de ordenadores y armas con munición real y de fogueo. Estos documentos darán pistas sobre el paradero de los más de 100 millones de euros en que Cotino cifró la estafa. La Policía Judicial ya ha bloqueado más de cien cuentas bancarias y una veintena de sociedades españolas y otras radicadas en paraísos fiscales.

Además de la fraudulenta venta a turistas de inmuebles inexistentes en régimen de tiempo compartido (multipropiedad), la banda extorsionaba a dueños de pubs y discotecas del sur de Tenerife a través de una empresa de seguridad cuyos supuestos agentes cobraban unos 3.000 euros a la semana a cada uno de ellos en concepto de 'protección' personal y de sus inmuebles.

La acción de ayer es la segunda fase de una operación que se inició en 1999, cuando comenzó a tenerse constancia de la presentación de demandas por estafa -finalmente han sido más de 50.000 denuncias- en Alemania, Reino Unido, Francia, Bélgica, Italia, Suecia, Suiza, Irlanda, Dinamarca y Holanda.

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El primer golpe asestado a esta red se llevó a cabo en noviembre de 2001, cuando la policía detuvo -por estafa, evasión de capital y tráfico de drogas- a 18 personas, entre ellos un ex agente de policía y el líder de la organización, Mohamed Derbah, que había asumido el control de todos estos negocios en el sur de Tenerife tras el encarcelamiento del que durante muchos años fue su jefe, el británico John Palmer, actualmente en una prisión de Londres. Entonces, el propio Cotino cifró en más de 12 millones de euros el volumen de negocios vinculados solamente al empresario libanés.

Vinculada a esta operación se encuentra la detención de Dennis Arthur New, el tercer brazo de esta red y encargado de la seguridad del propio Palmer, por la policía portuguesa, que lo había dejado en libertad hace unas semanas, pero con la prohibición de abandonar el país.

John Palmer fue sospechoso de haber fundido un cargamento de oro robado en el aeropuerto de Heathrow, valorado en más de 24 millones de euros, aunque Scotland Yard nunca ha podido demostrar su implicación en este caso, cuyo coste tuvo que asumir la aseguradora Lloyd. En los años ochenta, Palmer se instala en el sur de Tenerife. La época de máximo esplendor de su negocio ocurrió entre los años 1994 y 1998, donde lideró el negocio inmobiliario de la venta de apartamentos en régimen de tiempo compartido, un sistema de vacaciones conocido internacionalmete como time-sharing, por el que quien abona una cantidad cercana al millón de pesetas compra su derecho a ocupar el inmueble durante una semana al año. La estructura de Palmer vendió a miles de turistas el mismo apartamento en la misma semana, provocando una estafa a más de 17.000 turistas, 8.000 de ellos británicos. Ése fue el principio del fin. Scotland Yard encontró la colaboración de la policía española para acabar con esta estructura hasta lograr su ingreso en prisión, donde debe cumplir una pena de ocho años.

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