_
_
_
_
Crítica:CRÍTICA | TEATRO
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Un repaso

Es muy posible que lo más endeble de este montaje sea el texto, sociológico donde los haya, en el que los estereotipos de manual (antiguo) sustituyen a los personajes y en el que se trata de establecer una crónica, digamos progresiva, de un grupo de jóvenes currantes de periferia en los últimos años de la dictadura franquista. El asunto naufraga por su excesivo apego a los clichés, por la pretensión de hacer creer que lo que se cuenta está sucediendo en el momento en que se hace, sin introducir distancia alguna entre la fecha de producción del espectáculo y la época elegida para reproducirla a trozos, y porque reduce lo que pudo ser una espléndida crónica de un tiempo no tan lejano a un repertorio costumbrista de guiños que tal vez suenen un tanto distantes al espectador de hoy.

Imagina

De José Ramón Fernández, Yolanda Pallín y Javier G. Yagüe, por La Cuarta Pared. Intérpretes, Audrey Amigo, Barde, Elena Benito, Eugenio Gómez, Verónica Regueiro, José A. Ruiz. Vestuario, Pepe Corzo. Iluminación, Oscar Cercós. Espacio escénico, Juan Sanz, Miguel A. Coso. Dirección, Javier G. Yagüe. Teatro Rialto. Valencia.

A partir de una opción de ese tipo -se trata de reproducir algunos momentos significativos de una época más que de reflexionar sobre ellos, un tanto a la manera del peor Juan Antonio Bardem, a cuya película El puente se parece bastante este trabajo-, el montaje tampoco puede, ni seguramente debe, ir contra el texto que lo origina, de modo que asistimos a una sucesión de breves escenas que tratan de abarcar desde la situación de la mujer hasta la lucha obrera, pasando por el éxito de las primeras músicas foráneas, el desaliento de los padres, la explotación de los currantes, etc. Todo suena a algo muy visto, aunque ahora mismo sigan ocurriendo cosas de ese tipo y otras todavía más espeluznantes, quizás porque una crónica de esa clase no es eficaz si elige el costumbrismo como vehículo. El problema no es de intención, sino de estilo. Y este montaje imita con demasiada fortuna el realismo social como para levantar el vuelo por sí mismo.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_