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El parque de la Warner acoge sólo 5.000 visitantes por la lluvia

Esther Sánchez

El clima no ayudó. La tan esperada apertura al público del nuevo y flamante parque temático de la multinacional estadounidense Warner estuvo protagonizado por las nubes y la lluvia. El canario Piolín, su perseguidor Silvestre y el simpático conejo Bugs Bunny tuvieron que sacar los impermeables. Con semejantes perspectivas climáticas, tan sólo 5.000 personas se acercaron ayer a estrenar las instalaciones y disfrutar de las atracciones.

Los responsables del parque, preparado para recibir a 30.000 personas, se mostraron, no obstante, satisfechos a pesar de la baja asistencia de público. Ya esperaban que el mal tiempo ensombreciera la primera toma de contacto con el público madrileño y que la entrada estuviera muy alejada de las 15.000 personas que esperan recibir cada día.

Por otra parte, la suspensión el viernes de la gala de inauguración debido a la lluvia provocó que muchas personas interpretaran que el parque no abriría sus puertas.

Sin colas

Pero no todo iba a ser malo: la baja asistencia de público permitió a los pocos visitantes disfrutar de las atracciones sin soportar las colas interminables que probablemente tendrán que aguantar las personas que acudan en un día punta. Covadonga, que pasó todo el día en el parque con su hija, comentaba satisfecha que el parque era 'precioso' y que tanto ella como su hija habían disfrutado de las atracciones a pesar del tiempo. Pudieron visitar todos los rincones del complejo, desde las grandes avenidas del Hollywood Bulevard, al Cartoon Village, un espacio dedicado a los niños con los personajes de la factoría Warner, que acoge, entre otras atracciones, una montaña rusa para los más pequeños.

En este espacio dedicado enteramente a los más pequeños también se puede visitar la casa de Bugs Bunny o la de Piolín, además de montar en los coches de choque del Pato Lucas o hacerse una foto en el troncomóvil de los Picapiedra. También pudieron llegar sin agobios al pueblo del Oeste, una imitación perfecta de un poblado de Arizona de película, donde los visitantes pueden probar su puntería en un saloon o acercarse a Gotham, la ciudad en la que vive Batman.

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Los organizadores recordaron que el parque tiene por delante muchos días para mostrar sus atractivos a los visitantes: las tres montañas rusas (cuyos atrevidos clientes viajan por el aire casi a 100 kilómetros por hora), las caídas libres de más 100 metros de alto o los espectáculos al aire libre protagonizados por actores especialistas en películas de acción, capaces de tirarse desde una grúa.

El complejo abre todos los días entre las 10.00 y las 20.00. A partir de junio el horario se ampliará hasta las 12 de la noche. Todas las atracciones están abiertas y funcionando, excepto la montaña rusa llamada Twister, que tiene un efecto boomerang.

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Sobre la firma

Esther Sánchez
Forma parte del equipo de Clima y Medio Ambiente y con anterioridad del suplemento Tierra. Está especializada en biodiversidad con especial preocupación por los conflictos que afectan a la naturaleza y al desarrollo sostenible. Es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense y ha ejercido gran parte de su carrera profesional en EL PAÍS.

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