La fusión redujo la remuneración de los consejeros procedentes del BBV
Los consejos de administración del Banco Bilbao Vizcaya (BBV) y de Argentaria estaban diseñados de una manera completamente diferente y esto se reflejaba en la remuneración al consejo. Los sillones del consejo de la entidad vasca estaban ocupados por miembros de las familias históricas que formaron el Banco Bilbao y el Banco Vizcaya -conocidos como las familias de Neguri-. En 1989 se completó con cuatro vocales que llegaron a la entidad tras la intervención del Banco de España así como un pequeño grupo de importantes empresarios cuyas compañías están en la órbita del grupo bancario. Algunos de los pertenecientes a Neguri mantenían grandes cantidades de dinero invertidas en acciones del BBV. Argentaria era otra historia diferente. La entidad era el resultado de la fusión de Caja Postal, Banco Exterior, Banco Hipotecario, Banco de Crédito Local y Banco de Crédito Agrícola. Antes de su privatización total, en 1998, el consejo era una amalgama de ejecutivos, representantes de instituciones públicas y personas afines al Gobierno. Francisco Luzón, que presidió Argentaria con anterioridad a Francisco González, inició un cambio hacia la profesionalización de este órgano. González lo rediseñó tras su llegada, en mayo de 1996. En principio buscó un grupo de inversores institucionales que formaran un núcleo duro que sirviera de protección al banco ante OPA hostiles. No encontró ni en Europa ni en Estados Unidos y cambió de táctica. González formó un consejo de 13 vocales de los que nueve eran 'independientes'. Éstos eran principalmente abogados y empresarios de sociedades no excesivamente relevantes, con una relativa afinidad a González y no eran importantes accionistas de Argentaria. Los dos consejos sólo coincidían en que en ninguno había ejecutivos, después de que Emilio Ybarra prescindiera de los del BBV en 1998. En definitiva, cuando llega la fusión (oficialmente se inicia en 2000) se forma un órgano de 33 miembros que representaba dos culturas muy diferentes. En el BBV siempre existió un fuerte concepto de propiedad, impensable en Argentaria. Esta diferencia de concepto se reflejó, entre otros aspectos, en la retribución. Mientras que en el BBV el salario medio por consejero era de 85 millones de pesetas, en Argentaria era de 45 millones, según las memorias de 1999. Tras la fusión se fijó una retribución media en torno a los 75 millones, menor a la que cobraban los consejeros del BBV. En 2001 la retribución fue mayor por el incremento del beneficio. Los consejeros procedentes del BBV contaron tras la fusión con los fondos de pensiones en Alico que ha investigado el Banco de España. Además, los fondos de pensiones del BBV ascendía a 1.528 millones en 1999 por 219 millones en la otra entidad.
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