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Entrevista:JOSÉ NÚÑEZ | Diputado por Cádiz y candidato del PA a la alcaldía de Sevilla

'Sevilla no está orgullosa de cómo van las cosas'

Se enorgullece de que, desde que fue consejero de Turismo, Andalucía sólo hay una. Ahora es la voz andalucista en el Congreso. Su próximo reto, ser alcalde de la capital hispalense.

Pregunta. Dice, y suena a lema electoral, que quiere poner a Sevilla en el lugar que se merece. ¿Cuál es ese lugar?

Respuesta. Sevilla tiene que ser una metrópoli líder europea. Tiene que tener un papel en el continente, en competencia con otras ciudades, y también de puente de Europa tanto con los países árabes como con Latinoamérica. No hablo sólo de encuentros culturales, sino también de relaciones comerciales, científicas, de negocios, de todo tipo. Ése es el papel de Sevilla. Eso requiere de una estructura interna fuerte para ser competitivos fuera. Y no como ahora, que hay una estructura interna muy enfrentada y muy competitiva entre sí y con pocas estrategias exteriores.

'El alcalde tiene que ser el ministro de asuntos exteriores de esta ciudad'

P. ¿Qué puede aportar José Núñez tanto a ese reto de proyección exterior como a la gestión interna de la ciudad?

R. Respecto a la gestión interna, hace falta eficacia, que se consigue con un buen equipo y con consenso con todos los que tienen que aportar para hacer frente a los retos. Hay que definir esos retos. La ciudad tiene que saber qué quiere hacer y cómo hacerlo. Y entonces, sumar voluntades. De cara al exterior, el alcalde tiene que ser el ministro de asuntos exteriores de esta ciudad. Lo que yo puedo aportar es mi currículo y mi capacidad después de haber trabajado en otros foros. Mi estrategia es abrir las manos y pedir ayuda a todos, no pedir poder para hacerlo todo. Sumar.

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P. Dado el ambiente político de la ciudad, tan crispado, ¿no es poco realista esa idea de sumar y de buscar el consenso?

R. Es posible y necesario y, si no se hace, esta ciudad se va a quedar atrás. Ya se consiguió en la Consejería de Turismo. Se sumó a todo el sector turístico bajo el paraguas Andalucía solo hay una. En cuanto a los políticos, conforme se convenza a la gente de que esa suma de sectores y esfuerzos es posible, tendrá un coste electoral decir que eso no es así. En los grandes temas (obras, infraestructuras, etc...) debe empujar todo el mundo. Eso se consigue si luego se visualiza que los éxitos son de todo el mundo. La llamada a la unión no vale si después dices 'la unión soy yo'. Vale si dices 'hemos sacado el Metro entre todos'. Quien dice el Metro, dice seguridad, viviendas o tráfico. Espero que los grandes partidos cambien de estrategia y pasen a discutir quién lo hace mejor y no quién lo hace peor, como pasa ahora. Eso lo tiene que cambiar la gente. En la ciudad hay tal hambre de cohesión que el que no juegue a cohesionarse va a perder la partida. Hay que sacar lo municipal de la lucha política. Un pleno municipal no puede ser un Parlamento en pequeño. Lo municipal tiene un porcentaje importantísimo de gestión, aparte de las ideas políticas.

P. ¿Qué piensa de la gestión del actual alcalde, Alfredo Sánchez Monteseirín?

R. Tengo muy mala opinión de su función como responsable del liderazgo de la ciudad. Sevilla no está liderada. Esta ciudad no pesa. Yo estoy en Madrid, en el Parlamento, y a Sevilla no se le oye. En este país hay tres grandes ciudades: Madrid, Barcelona y Sevilla. ¿Dónde está esta ciudad en el debate nacional? ¿En qué escenario internacional está asentada? Eso es responsabilidad del alcalde. Eso es lo grande. Aparte, en lo menudo, yo creo que la gestión en determinadas áreas, como seguridad, tráfico, vivienda, etc, es manifiestamente mejorable.

P. ¿Qué experiencia ha sido más dura en el Ayuntamiento, la de gobernar con el PP o ahora, con el PSOE como socio?

R. Yo no estoy ahora en el gobierno municipal como lo estuve cuando el pacto con el PP pero los gobiernos de coalición tienen un reparto de competencias que se realiza entre los partidos, y además tienen algo que no se reparte, que es la representación de la ciudad. Lo que sucede es que si la representación no se lleva bien, se resiente la imagen de gestión de todos. Muchas veces, empeorando la propia gestión. Yo creo que, en estos momentos, Sevilla (basta salir a la calle para comprobarlo) no se siente orgullosa de cómo van las cosas y de cuanto pesa en España o en Europa, aparte de que tenga problemas, sociales o de equipamientos, como los que tienen otras ciudades.

P. ¿Es consciente de que lo más probable después de las elecciones es que haya que formar una nueva coalición de gobierno?

R. O no. Yo voy a luchar por la mayoría, que es posible. Si no la hubiera, voy a luchar por estar en la ciudad según los resultados electorales. ¿Con quién, cómo y cuándo? Pues según me pongan los ciudadanos. Depende de los intereses de Sevilla y de las cartas que tenga yo en la mano.

P. ¿Firmaría seguir siendo la llave de la gobernabilidad?

R. Yo no firmo nada, excepto cambiar esta ciudad desde la mayoría. Eso sería conformarnos. Hay que ser más ambicioso. Pueden decirme que el objetivo es difícil, pero no imposible. Los retos difíciles son los que le hacen a uno sentirse vivo. La mayoría se consigue abriendo las puertas. Yo quiero la mayoría de los ciudadanos, que serán los que piensan como yo y otra mucha gente que piense que yo soy el mejor candidato, aunque voten a otros partidos en legislativas y autonómicas.

P. ¿Qué le supone el reto de relevar en la candidatura a Alejandro Rojas-Marcos?

R. Para mí es un referente de actitud, más que de aptitud. Yo no soy más apto que él pero si tengo la misma actitud, que es poner los intereses generales por encima de los nuestros y hacer equipo.

P. ¿No teme que su sombra, una vez retirado, pueda ser demasiado alargada?

R. A mí no me ha puesto aquí Alejandro Rojas-Marcos, sino el partido por unanimidad. Yo siento que en él tengo un amigo, un referente, pero no una sombra con la que me vayan a comparar. No hay que mirar tanto para atrás. Es más interesante hablar de futuro. Además, su etapa como alcalde es en parte mi etapa. No renuncio a lo hecho, pero estoy mirando para adelante.

P. ¿Cree que el PA alcanzó con Rojas-Marcos su techo electoral en la ciudad?

R. Los techos no se alcanzan nunca, suben y bajan en función de los momentos históricos y de la capacidad de enganchar a los ciudadanos a un proyecto político. También de cómo son los adversarios. Muchas veces pesan más sus fracasos que tus éxitos. Afortunadamente, en política son posibles los batacazos y también los ascensos. Y nosotros sabemos lo que son las dos cosas. Porque desaparecimos y luego, reaparecimos y conseguimos la alcaldía.

P. Su experiencia como diputado en el Congreso, su alejamiento de la vida pública sevillana durante cuatro años, ¿puede ser un obstáculo para alcanzar la alcaldía?

R. Todo lo contrario. He tenido la oportunidad de estar nueve años en la política municipal, cuatro años gobernando en la Junta y otros cuatro como portavoz andalucista en el Congreso. Eso me da más visión. Si yo sé cómo funcionan todos esos patios, y quiero conseguir de esta ciudad ese efecto de ganar peso, tengo más capacidad para armonizar las administraciones públicas en su actuación en Sevilla después de haber estado en todas ellas.

P. ¿Ha conseguido que se oiga la voz del PA en el Congreso, pese a trabajar en solitario?

R. Sí. En el congreso no hay 350 voces. Hay 350 votos de 11 voces. Aún cuando los tiempos son escasos, tres minutos para los grupos minoritarios, es tiempo suficiente para manifestar la posición andalucista en cualquier tema genérico que afecte a este país.

P. ¿Considera un premio su candidatura a la alcaldía tras este periodo de trabajo en solitario en el Congreso?

R. Me resulta difícil verlo como un premio. Es un orgullo, pero es una responsabilidad de muchas toneladas. Me da un poquito de escalofrío lo que me han puesto en las espaldas. Pero premio, no. Si lo fuera, yo abro las puertas a quien quiera tomarlo.

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