El mejor consejo de padre
Nazario Gómez convenció a su hija para que llevara a los tribunales a quienes la introdujeron en la droga
El tesón del almeriense Nazario Gómez ha podido con una banda de drogadictos que deberá vérselas con la Justicia el próximo día 11, después de que la hija de este vendedor de seguros declarara voluntariamente contra quienes la indujeron a la prostitución y al consumo de heroína. Un rosario denuncias ante la Guardia Civil y el camuflaje entre bandas dentro del submundo de la droga arropan la historia de este hombre.
La hija de Nazario contaba sólo 13 años cuando éste supo de su consumo habitual de heroína y el cóctel llamado revuelto (heroína mezclada con cocaína). El peregrinaje por centros médicos sin que la menor respondiera a tratamiento alguno se convirtió en algo habitual en la vida del cabeza de familia, que cambió las cifras y las cuentas de su trabajo en una aseguradora por los partes médicos y la jerga callejera.
El fracaso de su hija en lugares como el Centro de Atención de Drogodependientes de Roquetas de Mar (Almería) o el Centro de Toxicómanos de Mairena del Alcor (Sevilla) iba siempre y desgraciadamente acompañado de fugas y desapariciones del hogar, de agresividad y peleas.
Más de 20 denuncias ante la Guardia Civil atestiguan la odisea vivida en esos años. 'Estando ingresado por una úlcera de estómago motivada por estos problemas, mi hija se escapó una madrugada. Lo denuncié ante la Guardia Civil por vía telefónica y con los goteros puestos', describe Nazario. Este nuevo padre coraje almeriense no dudó en ir tras su hija en las muchas escapadas de ésta hacia 'no se sabe dónde'.
'No es que me disfrazara como algunos han dicho. Digamos que iba sin llamar la atención. Le seguía el rastro cuando podía. A veces me daban pistas falsas en el barrio de Pescadería. Hasta que un día le pedí al juez y al fiscal de Menores que quitaran a mi hija de la circulación porque le podía pasar cualquier cosa, desde acabar de prostituta hasta tomar droga adulterada', resume. La chica ingresó en un centro de Menores en Murcia en julio de 1999.
A base de consejos del fiscal y de su padre, la adolescente -que alcanzó la mayoría de edad el pasado mes de febrero- denunció a quienes le habían estado suministrando la droga. 'En su declaración, mi hija llegó a reconocer ante el fiscal que esta banda había inducido a otra chica, de 12 años, a tener relaciones sexuales con ellos a cambio de droga', describe el padre.
Mientras espera a que se celebre el juicio el día 11, al que su hija asistirá como testigo protegido, Nazario tiene otra cita judicial dos días antes, ésta contra la empresa en la que trabaja desde hace casi 30 años, Catalana Occidente, a la que acusa de negarle un traslado al que él cree que tenía derecho.
La hija de Nazario abandonó el centro de menores en agosto de 2001, con 17 años. Ahora vive con su madre, separada legalmente de Nazario, y todavía vive enganchada.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.