Tres orejas para una corrida sosa

Manuel Caballero se llevó dos orejas en la tarde de ayer sin esforzarse demasiado. En su primera faena repartió derechazos y naturales, algunos ligados, otros con cierta enjundia. La mejor serie fue la última realizada con la mano derecha. No fue una faena completa, porque estuvo carente de profundidad. Con buen gusto, eso sí, pero sin demasiado entusiasmo. Su segunda actuación tampoco fue como para echar cohetes, y eso que él consiguió con gestos muy ostentosos que le tocaran la música. Manuel Caballero sigue creyendo que las plazas guipuzcoanas son de carros.

Víctor Puerto dejó la firma de tres buenos lances a su primer toro. En la muleta toreó a media altura, con pases suaves, templados pero sin que tuviera toro enfrente. El segundo que le tocó en suerte se cayó seis veces. La faena, también ejecutada a media altura, careció de emoción y de convencimiento. Todo eran medios pases.

A Javier Castaño sigue faltándole entender bien los toros. A falta de conocimientos taurinos y mando en sus faenas, tiró de arrimones. Todo muy vulgar y sin calidad alguna. Parece un buen muchacho y con ganas de ser torero. Y eso que no debe quejarse, porque está bajo la férula de la casa Chopera. Sin duda por ser de Salamanca vino al recuerdo el novillero Javier Valverde, asimismo salmantino, que tan grato recuerdo ha dejado en esta plaza de Illumbe.

Destacaron en banderillas José Antonio Carretero y Paco Peña, de las cuadrillas de Caballero y Puerto, respectivamente. Tal vez fueron sus pares de banderillas lo mejor de la tarde. Como no acudieron franceses a ver el festejo, tal como lo hicieran en el V Encuentro Mundial de Novilleros, la tarde languideció de público.