'La ecología se convertirá en la nueva cultura política'
Francisco Garrido (44 años) se muestra satisfecho del pacto con el PSOE en la Junta por lograr políticas concretas, como el plan energético y la próxima ley de fiscalidad. Cree que IU está dinamitada y el futuro es la izquierda verde.
Pregunta. Una de las cosas que llama la atención en España es la inexistencia de una izquierda verde consolidada, en contraste con Europa. ¿En Andalucía ha encontrado ya su sitio?
'El proyecto de IU está dilapidado, dinamitado por un sector del Partido Comunista'
'En Barcelona, más que manifestantes radicales, hemos visto policías radicales'
Respuesta. En general, los países del sur de Europa -cuyo acceso a la democracia fue más tardío, como España, Grecia y Portugal- también han incorporado de forma más lenta las nuevas culturas políticas. Además, la ley electoral española es muy restrictiva y castiga a las minorías. La política de alianzas que hemos seguido, con mayor o menor éxito, ha permitido tener una presencia institucional en Baleares y Andalucía para que el discurso y las propuestas verdes se escuchen. El balance en Andalucía es positivo porque sin esas alianzas la política ambiental habría avanzado mucho menos.
P. Los Verdes no destaca por sí solo, siempre va coaligado con un partido generalista.
R. Ya digo: es una estrategia de respuesta a la ley electoral. Un dato que lo demuestra: en Andalucía, desde 1977 no ha surgido ninguna fuerza política nueva, todas son transformaciones de las anteriores. Las alianzas, además, son una forma de intervenir directamente, porque los problemas ambientales no pueden esperar a que madure una circunstancia política determinada. Aun así, con la apuesta que estamos haciendo con la federación Los Verdes-Izquierda Verde, en poco tiempo habrá una presencia política en solitario en las instituciones, especialmente en el Parlamento Europeo y en instituciones autonómicas.
P. ¿El destino de los verdes es ser absorbidos por otros partidos?
R. Creo que no peco de petulancia si digo que el destino de los otros partidos es ser absorbidos por Los Verdes. La ecología se va a convertir en la nueva cultura política, junto con las tradicionales (liberal conservadora y socialdemócrata). Desgraciadamente, el mensaje verde hasta ahora está muy ligado a las cuestionas del medio ambiente pero, por ejemplo, en economía, el único discurso nuevo que ha surgido, tras la economía neoliberal, es la economía ambiental. Desde el ámbito de lo verde se tiene una visión del mundo alternativa a la que puede tener un liberal o un socialdemócrata. No sólo no nos vamos a disolver en ninguna fuerza, sino todo lo contrario. Todas las fuerzas tendrán que irse preocupando de lo que nosotros venimos diciendo: la seguridad alimentaria, ambiental, etcétera.
P. ¿Es irreparable la ruptura de Los Verdes con IU?
R. El proyecto de Izquierda Unida está dilapidado, dinamitado desde un sector del Partido Comunista. Y va a ser imposible que vuelva a haber aquello que hubo. Otra cuestión es que se produzcan cambios en la dirección de IU de Andalucía, como ha ocurrido en Madrid, y se llegue a un acuerdo con Los Verdes como con otras fuerzas políticas progresistas. Nosotros no nos negamos a eso sino que deseamos vivamente que estrategias como las que ha iniciado Llamazares en Madrid también tengan reflejo aquí en Andalucía. El problema es que en Andalucía no manda la línea estratégica de Llamazares sino el sector del PCA que es responsable directo de que IU haya perdido más de la mitad de los votos y, por lo tanto, hasta que eso no cambie será difícil pensar en algún tipo de acuerdo y colaboración más allá de lo puntual.
P. ¿Es más un problema de personas?
R. No es de política. Nosotros con las personas no tenemos nada, pero con una política sectaria, mirando totalmente hacia el pasado, sin asumir realmente ninguno de los nuevos postulados... Y una política que nunca se sabe, además, a qué quedar con ella. Es muy difícil saber a qué juegan, siempre hay continuos bandazos. Es decir, parece que en este sentido no tienen ninguna perspectiva ahora mismo. Y no es un problema de las personas, sino de qué política representan. De todas maneras, en el marco europeo Izquierda Unida no existe, y en el marco español vamos a una situación muy similar: a la izquierda del PSOE habrá dos o tres fuerzas, con una representación comunista tradicional y otra de izquierda verde.
P. Como diputado de IU era usted uno de los más duros con el PSOE y después ha pactado con este partido en la Junta. ¿Ha cambiado su postura?
R. Ha cambiado mi postura, no hay ningún problema en reconocer el cambio. Yo creo que allí hubo un error básico que fue el creer que era posible hacer política en Andalucía sin buscar un acuerdo con la fuerza mayoritaria, que era la consigna del sorpasso. Yo asumo ese error. Ahora bien, en lo fundamental mi postura no ha cambiado, porque las cuestiones que nosotros defendíamos en ese momento las sigo defendiendo ahora. El problema es cómo conseguirlas, y de la experiencia reciente sé que es mucho más interesante tener niveles programáticos bajos con niveles de cumplimiento alto, que niveles de acuerdos altos, con cumplimiento bajo. Eso fue lo que pasó con IU. Con el PSOE existen diferencias notables y los acuerdos son menores, pero el cumplimiento es mucho mayor. Es un avance porque estamos consiguiendo políticas concretas, no sólo testimoniales.
P. ¿Les hace más caso el PSOE desde que la diputada verde en el Parlamento es determinante?
R. No, la verdad es que ese elemento hasta ahora ha sido irrelevante. Los ritmos de cumplimiento son muy similares y en ningún caso hemos tenido la percepción de que ha cambiado la actitud.
P. Sin embargo, el Plan Enérgetico, pactado con sindicatos y patronal, ha sido revisado por completo después de que ustedes se plantaran.
R. Sí, este es uno de los grandes éxitos porque ha ido más allá de la filosofía del acuerdo, que era de fondo, sobre una de las dos o tres arterias centrales que controlan la vida de una sociedad desde el punto de vista ambiental. Desde luego nunca hemos hecho valer esa cuestión y sí datos, cifras y posiciones políticas. ¿Que haya podido influir? No lo sé, no me puedo colocar en la cabeza de ellos, pero nunca ha sido moneda de cambio en las negociaciones.
P. ¿Qué van a hacer en las municipales?
R. Hemos abierto un debate y, de momento, nos hemos trazado un objetivo, que es que las políticas municipales y supramunicipales sean una prolongación de las políticas que hemos abierto a nivel autonómico. Los ayuntamientos constituyen el nivel institucional más reacio a las cuestiones ambientales, y donde más problemas nos encontramos. Si no pasa nada raro, lo razonable sería que hubiera un nuevo acuerdo para las municipales con el PSOE.
P. ¿Por qué los ayuntamientos son tan reacios a los asuntos medioambientales?
R. Primero, por el problema de la financiación. Se dice ahora mucho que hay que dotar de más competencias a los ayuntamientos, cuando en realidad lo que necesitan es más dinero. Entonces, ¿cómo resuelven los problemas de financiación? Pues a través de la obra nueva, la inversión especulativa y ese tipo de cosas. Y esto hace que el alcalde, presionado por las carencias, mire mucho más cómo conseguir fondos a corto plazo que una planificación de futuro. Y luego porque los grandes poderes especulativos (litoral, invernaderos, etcétera), con quien chocan directamente es con el poder municipal. Y hay un tercer factor que es que, desgraciadamente, los ayuntamientos andaluces, con excepciones notables, no han desarrollado unas políticas ambientales claras. Es decir, el medio ambiente se ha considerado como un asunto de parques y jardines, o recogida de perros y gatos. Nosotros creemos que hay que crear agentes de sostenibilidad, esa figura que está en ayuntamientos europeos (en Barcelona concretamente), un concejal transversal que sea capaz de coordinar las políticas urbanísticas.
'Sevilla debe ser el Porto Alegre de Europa'
Pregunta. Se les ha visto más a ustedes en el plan energético que en la Consejería de Medio Ambiente, donde ocupan la dirección general de Educación Ambiental. Respuesta. En la consejería tenemos una posición de lealtad institucional, por tanto, quien tiene que hacer visualizar las políticas de medio ambiente, aunque sean nuestras, es la consejera. P. ¿Qué ha pasado con la ecotasa? R. La comisión que se creó en el Parlamento para estudiarla ha elaborado ya un dictamen que recomienda la aprobación de una ley de fiscalidad ambiental, ley que, por cierto, no existe en España. Y vemos aquí los efectos paradójicos de las polémicas: nosotros empezamos modestamente queriendo poner una tasa al turismo, el consejero de Turismo montó un follón de manera injustificada e hizo una bandera (bastante ridícula), y el resultado fue que todo el mundo empezó a proclamar que estaría con una ley general de fiscalidad que no sólo afecte al turismo. Nosotros estábamos encantadísimos: el presidente [Manuel Chaves] se comprometió en el Parlamento y Andalucía será la primera comunidad que va a tener una ley de bases de fiscalidad ecológica, que luego se irá desarrollando. P. ¿Está de acuerdo con Daniel Cohn-Bendit de que el movimiento verde fue el que descubrió la globalización? R. Sí, cuando el movimiento verde dijo aquello de pensar globalmente y actuar localmente se estaba anticipando. Ahora hay un intento del PP de criminalizar los movimientos contra la globalización, pero les ha salido muy mal porque en Barcelona han salido 300.000 personas y no ha pasado casi nada. Más que manifestantes radicales, lo que se ha visto son algunos policías radicales. Hay un intento de responder a una demanda mayoritaria de la sociedad de justicia y de otro modelo de desarrollo solamente como un problema de criminalización. En Sevilla no va a haber ningún tipo de incidentes. El PP va a tratar de reproducir el esquema que ha montado su amigo Berlusconi en Italia, que le salió bien. P. ¿Qué le parece la actitud del alcalde de Sevilla? R. Con la primera respuesta se equivocó, se situó en el escenario del PP al tratar el asunto como un problema de orden público. Desde luego, hay que elogiar los reflejos políticos de Chaves porque ha abierto una interlocución muy importante. El Ayuntamiento debe brindar Sevilla como una capital de otra forma de globalizar y abrir sus puertas a todo el que venga a manifestarse pacíficamente, que va a ser la inmensa mayoría. P. ¿Qué opina de la oferta de Chaves de que Sevilla se convierta en foro permanente? R. Intentar que el Porto Alegre de Europa sea Sevilla es una idea magnífica que podría dar a Sevilla una nueva dimensión de las muchas que ya tiene. Es brillante.
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