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El Espai Lliure acoge 'Orgia', de Pasolini, una mirada sobre el horror

Magda Puyo humaniza la tragedia de Fedra en la sala de Gràcia

Orgia, de Pier Paolo Pasolini y dirigida por Xavier Albertí, y Fedra ± Hipòlit, dirigida por Magda Puyo, llenarán el Espai Lliure y el Lliure de Gràcia, respectivamente, durante el mes de abril. La primera, 'una mirada sobre el horror', según Albertí. La segunda, la realidad de una mujer rechazada por el hombre que desea que, vista desde la óptica contemporánea, 'tiene más de patética que de trágica', a juicio de la directora.

'Detrás de los excesos de los clásicos hay una realidad jodida y, sobre todo, muy humana', dijo ayer Ramon Simó, coautor con Magda Puyo de Fedra ± Hipòlit, que se presentará en el Lliure de Gràcia desde el 3 hasta el 28 de abril. Fedra ± Hipòlit está interpretada por Roger Coma, Quim Dalmau, Montse Esteve, Mercè Martínez y Teresa Urroz, y es una coproducción de SP Produccions y el Teatre Lliure. El contenido, que tiene mucho de improvisación y en el que han participado activamente los actores, bebe de los textos que han tratado la tragedia de Fedra, desde Eurípides a Sarah Kane. 'Los textos están muy mezclados y versionados', advirtió Puyo. En la pieza se mezclan los géneros: 'Hay humor, canciones de musical y momentos dramáticos. Es un espectáculo segmentado en el que el hilo conductor es la emoción'.

Simó agregó que el texto está configurado a modo de sampler, 'como sucede en la música y el arte contemporáneo'. La obra, añadió, pretende ofrecer una 'lectura desde la realidad caótica y mezclada de la vida cotidiana de los mitos clásicos'.

Orgia, de Pier Paolo Pasolini, cuyo estreno oficial será el día 9 en el Espai Lliure, está interpretada por Pere Arquillué, Lina Lambert y Alicia Pérez. Pasolini la escribió hacia 1965, tras padecer una úlcera sangrante en la que aprovechó para releer los diálogos de Platón, explicó Albertí. Su estreno, en 1968, coincidió con la escritura de un Manifiesto para un nuevo teatro, impulsado por el director de Saló.

El Manifiesto, utilizado ahora por el director como 'carta de navegación' para trabajar sobre la obra, propugna un 'teatro de la palabra y de las ideas' frente a un 'teatro de cháchara burgués'. La palabra es el eje sobre el que bascula el trabajo de los actores en Orgia, traducida por el poeta Narcís Comadira. El objetivo del autor era 'reinventar la función expresiva del lenguaje'. 'Sin escandalizar', subrayó Albertí, aunque el contenido de la obra sea a veces muy violento.

La relación de los personajes -marido, esposa y amante- está tratada desde el punto de vista de la diferencia. 'Pasolini siempre nos sitúa ante paradojas y dualidades', recordó Albertí. Para él, el teatro era la única vía para encontrar una lógica a diferencias irreconciliables en la realidad.

Durante todo el mes se realizarán conferencias sobre Pasolini y una serie de ensayos abiertos, dirigidos por Silvia Ferrando, en los que los actores trabajarán a partir de la vida del autor.

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