Patxi López no consigue integrar en su ejecutiva a todas las tendencias del PSE

López, elegido el sábado secretario general del PSE con el 57% de los votos, conformó ayer una ejecutiva de fieles, en ausencia de representantes de los otros dos sectores, y con fuerte presencia de la delegación guipuzcoana. La preside Jesús Eguiguren, que ostentaba el cargo de vicesecretario general, y en ella hay más mujeres que hombres (diez frente a nueve). El equipo cuenta con seis miembros menos de los elegidos en el cónclave anterior, y a ellos se sumarán, como en anteriores ocasiones, los tres secretarios provinciales y un representante de las Juventudes Socialistas de Euskadi.

Los sectores excluidos consideran que la nueva dirección del PSE es 'la guinda' de un 'pacto orgánico' cocinado por las ejecutivas de Vizcaya y Guipúzcoa. Tanto Totorika como Zabaleta lamentaron que no se hubiese intentado realmente la integración de todas las corrientes. Una acusación que negó el secretario de organización del PSOE, José Blanco, para quien lo importante es tener 'una línea estratégica y una apuesta decidida por trabajar por la libertad'.

En la clausura, Patxi López advirtió al PNV de que no debe esperar del PSE 'un giro de 180 grados', y al PP, que no va a permitirle que 'dude o siembre una sombra de sospecha sobre la firmeza de ningún socialista en la defensa de unos valores por los que, desde siempre, nos hemos jugado la vida'.

El líder del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, instó al lehendakari, Juan José Ibarretxe, a liderar la rebelión de los vascos contra ETA y a volver 'al sitio de los demócratas: a luchar en primera fila contra los terroristas'.