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Los científicos tachan de 'irracional' e 'insostenible' el trasvase del Ebro

La comunidad científica ha ratificado una condena sin paliativos al Plan Hidrológico Nacional (PHN) y al trasvase del Ebro con calificativos como 'irracional' e 'insostenible'. Así se expresaron los más de 30 científicos participantes en las jornadas científicas Del Ebro al Segura: planificación hidrológica y sostenibilidad, celebradas durante este fin de semana en Tortosa.

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Las conclusiones de las jornadas -organizadas por la Plataforma para la Defensa del Ebro y la Fundación Nueva Cultura del Agua-, además de rechazar el trasvase por sus consecuencias ambientales, económicas y sociales, tanto en la cuenca cedente como en la receptora, aluden a la imperiosa necesidad de naturalizar los cauces y procesos fluviales modificando radicalmente el modelo de gestión del tramo final del Ebro, todo ello con el propósito de garantizar las aportaciones de agua y sedimentos que contribuyan a la sostenibilidad de los ecosistemas y a la salubridad del agua, y paliar unos problemas que el desarrollo del PHN agravaría aún más.

Los científicos tacharon de 'radicalmente incorrectos' los cálculos excedentarios del Gobierno por no prever los efectos a medio plazo del cambio climático y la consiguiente reducción de los recursos hídricos. El catedrático de Ecología de la Universidad de Barcelona, Narcís Prat, señaló que, lejos de las previsiones excedentarias del Gobierno, los 12.000 hectómetros cúbicos anuales que transportó el Ebro en Tortosa en 2001 es el aforo mínimo requerido para el control de la cuña salina y la sostenibilidad ecológica, geológica y productiva del delta. Así queda plasmado en el estudio sobre el impacto del PHN en el tramo final del Ebro elaborado por el departamento de Ecología de la Universidad de Barcelona, que fue presentado en el marco de las jornadas. El estudio subraya, además, la necesidad de favorecer avenidas controladas del río para propiciar la deposición sedimentaria en la plataforma deltaica, truncada desde la construcción de los embalses. 'Las avenidas son la vida del río', aseguró Prat.

Una tesis similar fue planteada en la conferencia inaugural de las jornadas por el catedrático emérito de la Universidad de Louisiana John W. Day, uno de los mayores expertos mundiales en deltas. El científico norteamericano apuntó, además, la necesidad de recuperar para los deltas los sedimentos acumulados en los embalses. 'No tenemos suficiente agua ni sedimentos. Necesitamos más agua, no menos', aseguró respondiendo a una pregunta sobre los efectos del trasvase.

Day recordó que en el Misisipí la canalización del tramo final del río y la actividad agrícola en la cuenca han perjudicado seriamente el mantenimiento del delta y la actividad pesquera en el golfo de México por las excesivas aportaciones de nitratos. La conexión del cauce fluvial con las lagunas y bahías de la plataforma deltaica y la sustitución de zonas periféricas de arrozales por humedales para facilitar la depuración ecológica de las aguas fue una de las propuestas de los expertos para solucionar estos problemas.

La calidad de las aguas del Ebro fue precisamente uno de los temas que despertaron mayor atención en el encuentro. En este sentido, el trasvase perjudicaría seriamente la ya mala calidad de las aguas del tramo inferior del Ebro, cuya conductividad o presencia de sal supera ya en muchos casos los límites de prepotabilidad que establece la ley. Según el ingeniero industrial Antonio Estevan, el PHN, con la reducción de aportaciones del Segre, el 'gran diluidor del Ebro', y la salinización de las aguas que comportará el aumento de los regadíos, se convertirá en un 'problema de salud pública: el agua sólo será potable por desalación', incluso para regadíos, apunta Estevan. De hecho, los científicos advirtieron de que el trasvase del Ebro trasladará estos problemas de mala calidad y de contaminación a las cuencas receptoras.

El portavoz de la Plataforma para la Defensa del Ebro, Manolo Tomàs, valoró como un 'gran éxito' la participación científica en las jornadas. 'Sus argumentos son la gasolina que nos alimenta', señaló. La plataforma pretende editar las conclusiones de las ponencias y transformarlas en argumentos que apoyen la lucha jurídica ante las instituciones europeas y la difusión de los principios de una nueva cultura del agua: 'Vamos a convencer a los habitantes del Levante peninsular de que el PHN tampoco es bueno para ellos, de que sólo favorece los intereses especulativos de una minoría', afirmó Tomàs.

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