_
_
_
_
_

Un septuagenario muere al atragantarse con un trozo de cordero

La víctima comía en un centro de la tercera edad de Arganzuela

F. Javier Barroso

Un vecino de Arganzuela, Millán Moreno Bueno, de 70 años, murió ayer al atragantarse con un trozo de carne de cordero mientras almorzaba con sus hermanos en el centro de la tercera edad Luca de Tena del distrito. Los facultativos de una UVI móvil del Samur-Protección Civil intentaron reanimarlo durante casi una hora, tras extraerle la carne que le impedía respirar, pero finalmente falleció asfixiado.

El mortal accidente se produjo alrededor de las 13.45, cuando Moreno estaba comiendo junto a sus tres hermanos y las esposas de dos de ellos. Los seis comensales eran de los primeros que habían entrado a almorzar. Acababan de servirles el segundo plato cuando, de repente, la víctima se levantó de la mesa sin decir ni una sola palabra. 'El resto de los hermanos siguieron comiendo. Él no llegó a decir una sola palabra. Se extrañaron de que no dijera nada, pero no le dieron más importancia', contó después Concha, una sobrina del fallecido. 'Cuando se dieron cuenta de lo que ocurría, ya era tarde para reaccionar. Además, la rapidez que haya tenido mi tío para ir al servicio no ha sido la misma, desde luego, que la de una persona joven', añadió esta familiar.

Moreno se marchó directamente al servicio, sin toser ni hacer ningún gesto de que se había atragantado. Mientras, el camarero se acercó a la mesa para tomar nota del postre, pero, al ver que faltaba un comensal, decidió esperar para no tener que volver luego. La espera se hizo demasiada larga y uno de los hermanos decidió ir al servicio y ver qué le ocurría a la víctima. La fatal sorpresa llegó entonces: se encontró al jubilado caído en el suelo del cuarto de baño y con claros signos de asfixia.

'Salió un hombre [el hermano] y me pidió muy nervioso que avisara al Samur, porque el teléfono móvil que llevaba él se acababa de quedar sin batería. Fui rápidamente al teléfono y avisamos al Samur', recordaba el camarero que atendía su mesa.

A los pocos minutos llegaba al centro Luca de Tena una UVI móvil del Samur-Protección Civil. Según un portavoz de este servicio sanitario, sus facultativos lograron extraer 'el trozo enorme' de carne que produjo la asfixia a Moreno. Intentaron reanimarlo durante casi una hora, pero sólo pudieron certificar su muerte. El cadáver fue trasladado al Instituto Anatómico Forense, donde hoy se le practicará la autopsia.

La sobrina de Millán Moreno comentó que los cuatro hermanos solían reunirse todos los domingos y festivos en Arganzuela, a pesar de que dos de ellos vivían en la zona de Cuatro Caminos. 'Vienen a este centro porque tiene muchas actividades, como cine o teatro. Si no hay nada especial, pasan las tardes jugando a las cartas', explicó Concha.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Cierre en señal de luto

El centro Luca de Tena, levantado sobre los terrenos de la antigua Estación Sur de Autobuses, en la calle de Palos de Moguer, cerró ayer por la tarde en señal de luto.

El dramático final de Millán Moreno recuerda al caso de la actriz de teatro y televisión Luisa Sala, que falleció a los 61 años -en junio de 1986- en idénticas circunstancias. La artista estaba comiendo con su hija Luisa y el novio de ésta cuando se atragantó con un filete. Falleció durante su traslado a una clínica. Su marido, el actor Pastor Serrador, se encontraba grabando en TVE cuando le fue comunicada la noticia.

Inmigrante en Francia

Millán Moreno Bueno nació hace 70 años en Labros, un pequeño municipio de 25 habitantes situado a 128 kilómetros de Guadalajara. Hasta que se marchó a la mili, estuvo trabajando como agricultor y ganadero. A la vuelta del servicio militar decidió abandonar el trigo y la cebada, y emigró a Francia. En el país vecino estuvo hasta que hace unos años decidió regresar a España. Optó por Madrid, ya que en esta ciudad vivían dos hermanas suyas. Después trabajó en la construccion, según recordaba ayer su primo hermano Germán. Millán se casó, pero no tuvo hijos. Años más tarde, se separó de su mujer. Ahora vivía solo en la calle de Ciudad Real, en el distrito de Arganzuela.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

F. Javier Barroso
Es redactor de la sección de Madrid de EL PAÍS, a la que llegó en 1994. También ha colaborado en la SER y en Onda Madrid. Ha sido tertuliano en TVE, Telemadrid y Cuatro, entre otros medios. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, está especializado en Sucesos y Tribunales. Además, es abogado y criminólogo.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_