Dos faenas de valor
Estuvo valiente José Tomás. Lo que se dice muy valiente. Plantó las zapatillas en la arena, mejor sería decir que las atornilló. No le importó que su primero desarrollara sentido, ni que el quinto le avisara varias veces hasta que lo volteó. Dos faenas de valor, sobre todo. De aguante. En una palabra, se jugó el tipo. Siendo dos faenas de similar planteamiento, la primera quizá tuvo mayor mérito que la segunda, aunque ésta tuviera momentos más lucidos.
Aquella primera fue de más agonía por las condiciones del toro. Ese toro desarrolló genio primero y sentido después. La faena tuvo cierta angustia por la quietud del torero, que no se descompuso a pesar de las coladas del toro. Siempre en el centro, sin tomarse concesiones, José Tomás tragó.
Núñez / Barrera, Tomás, Morante
Seis toros de Núñez del Cuvillo, el 4º sustituto del titular. Justos de presentación. Destacaron 1º, 3º, 5º y 6º. Vicente Barrera: casi entera caída y trasera (saludos); pinchazo y casi entera caída (silencio). José Tomás: pinchazo, media trasera, tendida y caída y descabello (división); -primer aviso antes de entrar a matar-, tres pinchazos, media muy baja -segundo aviso- y descabello (saludos). Morante de la Puebla: entera baja que asoma por un costado (saludos); dos pinchazos y bajonazo (silencio). Plaza de Valencia, 18 de marzo. 10ª de feria. Lleno.
La del quinto fue otra historia. Y dos partes bien diferenciadas. Fue el toro que mayor nota de mansedumbre dio en el primer tercio, pero tuvo raza e interés en la muleta. Y fue bueno, excelente, por el pitón derecho. La primera parte de esa faena tuvo valor, pero menos toreo. Avisado por el pitón izquierdo y terco en no mejorar la posición y la distancia por ese lado, José Tomás acabó siendo volteado sin consecuencias. A partir de ese instante la faena tomó otro color. Y mayor vuelo. Dos derechazos muy templados en la primera serie tras la cogida dieron paso a los momentos más brillantes. La faena subió de tono y cogió nivel por el lado bueno del toro. Pero se estrelló finalmente cuando mató mal y peor a ese interesante toro.
Es posible que el toro más completo de lo que va de feria fuera el tercero de la tarde. Ya en varas dejó sentada su condición al tomar dos puyazos con clase. Avisó en banderillas, con buen galope, prontitud y fijeza, lo que podía ser para la muleta. No engañó ese toro. Morante se dejó ver en un comienzo de faena prometedor y las dos primeras series con la derecha, cortas pero intensas, dejaron sello de toreo caro. Pero ¡ay!, no tragó con la mano en la izquierda. Por ese pitón no se atrevió Morante a reventar una plaza que estaba con él. La faena, en fin, quedó firmada sólo por chispazos. Faltó algo; sí, pero no. Al sexto dejó que lo masacraran en varas. Otro toro bueno. Aquí Morante tampoco cogió el camino de la decisión. Compuesto con la derecha, pero sin romper, se puso por el izquierdo muy fuera de cacho, de forma que el toro no se le arrancara.
Barrera luchó más contra el viento que toreó a su dulce primero. En el inválido cuarto no le dejaron ni intentarlo.
Babelia
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