El arte de Josep Colom

Probablemente el empeño de mayor importancia entre los patrocinados por Caja Madrid en el orden musical siga siendo el ciclo Liceo de Cámara. Este curso, el tema ha sido Brahms en el total de su legado camerístico, al que se ha añadido el nombre y las creaciones de Schumann. Nunca insistiremos bastante en algo que tengo por muy cierto: si no se conoce bien la obra de cámara de un gran compositor no se sabe bien lo que significó su inventiva en todos los órdenes.

Esto es más de subrayar en un autor como Brahms, de talante y vocación progresiva, como estudiara Schönberg en 1933. Al escuchar los dos cuartetos con piano, opus 25 y 26, que datan de 1861-62, esto es, de un Brahms treintañero, en versiones de total excelencia como son las de nuestro grandísimo pianista Josep Colom y el Cuarteto Ysaye, el ánimo se conturba y la razón se sorprende una y otra vez.

¡Qué gran artista es Josep Colom! Estos cuartetos con piano son algo así como conciertos para piano y trío de arcos y nada más lógico que una inteligencia analítica como la que Schönberg llevara a la orquesta el cuarteto op. 25 con los resultados espléndidos que todos conocemos. Pero la interpretación del camerista Brahms ofrece, en esa misma dualidad y analogía entre pensamiento sinfónico y cuartetístico, nuevos problemas. Josep Colom los superó todos en estrecha identificación con los profesores Sutre, Silva y Salque. Entre las dos obras de Brahms, el Cuarteto Ysaye tocó, con fidelidad y detallismo, el Cuarteto en Fa mayor, de Schumann, 20 años anterior a los de Brahms.