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Entrevista:ALEJANDRO ROJAS-MARCOS | Presidente del PA

'Atacar y desprestigiar al PA es gratis porque no es poderoso'

Asegura que el cambio en las consejerías del PA se ha hecho en función del mejor servicio al ciudadano y no por interés del partido. Y se queja de la dureza con la que se juzga al PA.

No figura ya en la primera línea de fuego del PA, pero la opinión de Alejandro Rojas-Marcos (61 años) sigue siendo determinante. Quizás por eso cuida al milímetro que sus palabras puedan paracer contradictorias a las del nuevo líder, Antonio Ortega, aunque, desde luego, su estilo político está en las antípodas del extremo pragmatismo que muestra el secretario general.

Pregunta. ¿Le molesta que le digan presidente honorífico?

Respuesta. No me molesta, es un honor. El congreso me nombró presidente por ser el fundador del partido. Es un cargo de representación, aunque no ejecutivo, que preside el máximo órgano: el consejo andalucista de gobierno.

'Cuando me dejan un sitio lo ocupo, claro. Lo contrario sería una ordinariez'
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P. Dicen que usted suele repetir que si le dejan un hueco libre lo ocupa.

R. Yo, cuando me dejan un sitio lo ocupo, claro. Lo contrario sería una ordinariez.

P. Un sitio no, un hueco, que no es lo mismo.

R. Cuando a mí me dejan un hueco para que lo ocupe, lo ocupo.

P. Antonio Ortega ha dicho que usted es un 'colaborador leal', y que su personalidad es tan arrolladora que si se le pone en la puerta de la sede, parece que es suya. ¿Está de acuerdo?

R. Todo lo que diga el secretario general me parece estupendamente bien.

P. Ha tenido un cierto impacto que los cambios en las consejerías del PA se hayan hecho para fortalecer al nuevo candidato.

R. No, lo que yo le expliqué al presidente [Manuel Chaves] en San Telmo es que ha habido un cambio de estrategia en el partido. Hace seis años la estrategia era que el secretario general se dedicara fundamentalmente a las cuestiones de partido y ocupara una consejería política. Ahora se ha cambiado. Pero en absoluto mirando al partido, sino en función siempre del mejor servicio a los ciudadanos. Lo demás son interpretaciones interesadas.

P. Ha sido el propio Ortega quien ha explicado que asume la Consejería de Turismo para promocionarse, porque todos los partidos lo hacen: sitúan al líder en el puesto más relevante.

R. Lo que diría es que eso va a producir un efecto secundario, un subproducto, una consecuencia. Pero la razón oficial es el cambio de estrategia. Ahora, evidentemente, eso va a tener una consecuencia, que es que el secretario general va a estar en la primera línea de gestión. Pero eso no puede escandalizar a nadie.

P. ¿No había otra forma de hacer las cosas? Lo digo por cómo ha quedado José Hurtado.

R. José Hurtado ha hecho una buena gestión. Él sabía que el partido estaba en un proceso de debate de remodelación interna de los cargos públicos. Se hizo un análisis y el órgano máximo ha tomado las decisiones. Todo se ha hecho perfectamente, el procedimiento ha sido impecable.

P. Hurtado dice que entiende el fondo, pero no las formas.

R. Mire, le ruego que no me haga más preguntas para que yo comente declaraciones de otros compañeros. Pregúnteme directamente lo que quiera y yo, con mucho gusto, le contesto

P. Desde la dirección se está remarcando mucho que el PA es un partido normal, como otro cualquiera. Usted siempre ha defendido la originalidad del PA.

R. Cuando se dice eso lo que se quiere decir es que se suele medir al PA con un distinto rasero. Es evidente que se es más injusto en el tratamiento al PA que se suele ser con el PP y PSOE.

P. ¿A dónde quiere llegar el PA con el cambio de estrategia?

R. Los partidos deciden las estrategias en función de las circunstancias. El PSOE y el PP cuando nombran consejeros y ministros tienen una estrategia. Y en este caso, al secretario general, que aspira a ser presidente de la Junta, se le coloca en la consejería de gestión. No hay que ver más nada. Insisto, a los demás partidos cuando hacen esto no se les mide por el mismo rasero. Al PA se le buscan unas triquiñuelas que no entiendo.

P. Ha llamado la atención que sea a mitad de legislatura.

R. Todos los gobiernos del mundo hacen cambios. En seis años de gobierno hemos hecho un solo cambio a mitad de camino. ¿Es mucho eso? Además, damos explicaciones coherentes. Insisto, al PA no se le aplican los mismos criterios de análisis y de valoración. Es un problema de poder. Atacar y desprestigiar al PA es gratis, no tiene réplica, porque al PA, hoy por hoy, no se le puede considerar un partido poderoso. Atacar a un partido poderoso, como PP y PSOE, tiene réplica. Y el poder es el poder: en el terreno del dinero, de la política, de los medios de comunicación. En todos los terrenos, las reglas y las dinámicas del poder son las mismas.

P. En el 12º congreso la discusión, y el discurso que lleva el secretario general, era superar la dicotomía entre Rojas-Marcos y Pacheco. ¿Más de un año después, ha sido una liberación o una pérdida?

R. Vuelvo a decir: No voy a comentar ninguna declaración de nadie.

P. No se trata de una declaración, sino del contenido del congreso.

R. Me vuelve a preguntar que si Ortega dijo... Si seguimos así, levanto la entrevista, me parece improcedente el número de preguntas que me hace sobre declaraciones de otros.

P. Digo que el congreso se interpretó como la salida de la dialéctica entre dos liderazgos.

R. El periodo de preparación fue muy movido, con cuatro candidatos. Parecía que el partido estaba muy dividido y al final se demostró que estaba muy unido y tanto la comisión ejecutiva como el consejo andalucista de gobierno salieron por dos tercios de los votos. Salvo la salida de Pedro Pacheco, ha sido un congreso en clave de unidad, con un periodo pre congresual que daba una imagen del partido que no era real. Ha sido uno de los congresos más positivos del PA.

P. ¿La escisión del PSA ha supuesto un coste?

R. No ha habido escisión.

P. Pues la salida de un sector.

R. Marcha de un sector, tampoco. Se pueden contar con los dedos de una mano. Ha habido una separación de algunos militantes. Es verdad que uno de ellos era una persona cualificada porque había sido el candidato a la Junta. Eso es lo relevante.

P. ¿La elección de este grupo de las siglas PSA (embrión del PA) le molesta a usted sentimentalmente?

R. En absoluto. La historia del Partido Andalucista es la historia del Partido Andalucista y la del nuevo partido, la que ellos hagan.

P. Cuando en 1996 pactaron con el PSOE se temió que fueran víctimas del abrazo del oso. Las encuestas dicen que no se diferencia la gestión del PA.

R. Se ha demostrado que no se produce. En las elecciones de 2000 tuvimos mejores resultados que en 1996. La autonomía del PA en la gestión de sus consejerías es clara y nítida. Ahora, cuando hay dos partidos con diferencias de tamaño tan grandes, esto tiene un reflejo en la imagen también.

'Núñez no está gastado como lo estoy yo, tras trabajar muchos años en Sevilla'

Pregunta. ¿Por qué son malas las relaciones con el PSOE en el Ayuntamiento de Sevilla?

Respuesta. No ha habido sintonía. Las cosas son como son. Aunque creo que eso no ha perjudicado al gobierno de la ciudad. Esa sintonía la hubo con el PP en los ocho años anteriores y la hay con el PSOE en la Junta. No es cuestión de problemas concretos, sino de actitudes y, a lo mejor, incluso de personas.

P. Ha dicho que el alcalde no ha sabido mantener el liderazgo en la candidatura olímpica de Sevilla y ha sido débil.

R. Lamenté mucho tener que decir eso en público, pero consideré que era la única manera de dejar clara la posición del PA, dado que no se nos había dado la oportunidad de hacerlo en el seno del gobierno de la ciudad. El alcalde tomó una iniciativa y no consultó con sus socios.

P. ¿Cree que ha sido desleal?

R. Me limito a decir que lamento haber tenido que decir en público algo que hubiera dicho en privado si el alcalde hubiera hablado con nosotros.

P. ¿Volverían a pactar con el PSOE en Sevilla?

R. Ningún partido se plantea estrategias de pactos antes de las elecciones. Vamos a presentar a un magnífico candidato. No está formalizado, pero el sentir es que sea José Núñez. Es una persona que no está gastada, como lo estoy yo, tras trabajar mucho años en Sevilla. Los otros dos candidatos tendrán que ponerse zancos para igualar a Núñez.

P. Demandó a Pacheco por acusarle de oscuros intereses mercantiles en su gestión. Luego algunas fuerzas políticas lo han repetido. ¿Qué opina de esta imagen que se proyecta de usted?

R. Tras las elecciones de 1999, el PP me advirtió de que si pactaba con el PSOE me tendría que ir de Sevilla. Me hicieron toda clase de amenazas y coacciones. Después de una supuesta actitud digna del PP, cuando constató que no nos quedábamos en la oposición, como el PP pretendía y pactábamos con el PSOE, los teléfonos se caían con súplicas. Ahí tengo las cartas de Soledad Becerril. Mire la hemeroteca, y a ver qué hay antes, y qué después. A partir de ese momento hay una campaña de acoso contra mi honorabilidad y dignidad: se me ha investigado en mis cuentas personales, en mi patrimonio, en el de mi familia, he sido seguido por detectives. Nadie ha podido demostrar nada porque yo no tengo negocios. Pacheco se engancha ahí y llega más allá y no puedo hacer otra cosa que ir a los tribunales. Lamento que haya jueces que confundan la libertad de expresión con la de difamación. La demanda está en el Supremo, y si vuelvo a perder llegaré al Constitucional. Es la defensa de mi honor lo que está en juego.

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