'Si no se logran dos Estados, será muy difícil decir que hay un Estado judío'
Javier Solana es sin duda el político occidental que más veces ha visitado Oriente Próximo en los últimos años. A sus 59 años, el alto representante para la Política Exterior de la UE tiene una resistencia envidiable. Sólo el año pasado recorrió 650.000 kilómetros, 410.000 más que el secretario de Estado de EE UU, Colin Powell. La semana pasada estuvo de nuevo en Oriente Próximo y después fue el primero en conocer en Yeda de primera mano el plan saudí para la zona. Pese al 'agotamiento' de las dos partes por la violencia que no cesa, mister PESC cree ahora ver 'una luz' en la propuesta saudí.
Pregunta. Pese al extremo nivel de violencia en Oriente Próximo, usted no parece ser pesimista en estos momentos.
Respuesta. Hay una ventana de oportunidad, no muy grande pero, por pequeña que sea, hay que intentar que no se escape. Coincide con un agotamiento de ambas partes al comprobar que no se consigue ni estabilidad ni seguridad ni paz. Y hay también una nueva sugerencia interesante por parte de Arabia Saudí, que aspira a convertirse en una iniciativa de todos los países árabes. El príncipe Abdulá desea que, en la próxima cumbre de la Liga Árabe de fin de mes, los países árabes acepten su plan al que se sumen otras partes. Vemos ahora esa luz, la de la propuesta árabe.
P. El plan pone de relieve una vez más que la clave es el reconocimiento mutuo de dos Estados.
R. No hay otra solución que la existencia de dos Estados: el de Israel, con sus fronteras y su seguridad garantizadas, y el Palestino, exactamente igual. La propuesta del príncipe Abdalá añade el reconocimiento de la normalización de las relaciones de los países árabes con Israel. Sería un éxito que en el siglo XXI logremos que esa parte del Mediterráneo viva en paz y armonía. Puede sonar demasiado optimista, pero debe ser el objetivo de los dirigentes de la región, de los europeos, de americanos, rusos, del secretario de la ONU y de todos los que trabajamos por la paz en la región.
P. Acaba de entrevistarse esta semana con varios dirigentes estadounidenses. ¿Ha detectado apoyos a la fórmula saudí?
R. Sí, pero sobre todo he notado más intensidad en el compromiso de EE UU a encontrar una solución. Bush ya anunció ayer mismo el viaje de su enviado especial a la región.
P. ¿No cree que lo que está también en juego es la propia viabilidad del Estado de Israel?
R. Desde hace 17 meses, la situación de violencia es terrible. Hace poco estuvimos a punto de encontrar una solución y se frustró. Sin duda la salida está en la base de la resolución del Consejo de la ONU: dos Estados. Si no, también para Israel hay una situación dramática. El sueño de Israel es tener un Estado judío y democrático, pero cuanto más prolongada sea la ocupación, más afecta también los valores profundos del Israel. Si no se logran dos Estados, será muy difícil decir que hay un Estado judío democrático. De hecho, es la misma tesis que Peres me ha transmitido varias veces.
P. El papel de la UE ha sido criticado en algunos momentos, pero parece haber sido clave a la hora de mantener a Arafat como interlocutor palestino.
R. Partimos de que sólo cabe una solución negociada. Luego son necesarios los interlocutores en ambas partes y el interlocutor elegido por el pueblo palestino se llama Arafat. Y la Autoridad que representa se llama Autoridad Palestina. Por tanto, lo defendemos. No respetar al interlocutor no es la mejor manera para que se pueda negociar. Incluso en estos momentos de extrema violencia hay contactos a todos los niveles.
P. ¿Incluso de Sharon con los palestinos?
R. A todos los niveles.
P. Pero Arafat no tiene libertad de movimiento.
R. Nosotros defendemos esa libertad de movimiento, algo que comparte el ministro israelí de Exteriores, Simón Peres, como tanta gente en Israel.
P. Frente a EE UU, que considera prioritario recuperar un clima de seguridad, la UE hace hincapié en que deben considerarse aspectos políticos.
R. La UE fue la primera institución en reconocer el derecho de autodeterminación de Palestina en 1981. El mes pasado, los ministros de Exteriores de la Unión valoraron en Cáceres opciones para legitimar la autoridad palestina, para el reconocimiento de los Estados... Pero no se adoptó una posición formal. Lo que piensa la UE es que concentrarse sólo en la seguridad no es suficiente. Incluso para que la seguridad mejore es necesaria la perspectiva política.
P. ¿Cómo ha valorado que Israel bombardeara la residencia de Arafat cuando estaba con él Miguel Ángel Moratinos, el representante de la UE?
R. Desgraciadamente, esa acción militar habría pasado con él o sin él dentro.
P. En la cumbre de Barcelona, presentará las primeras propuestas para reformar el Consejo.
R. Se parte de un diagnóstico compartido por todos: que el Consejo Europeo necesita una reforma en su método de trabajo para seguir siendo el motor de la UE. Las agendas, por ejemplo, tienen que ser menos cargadas, y la preparación la debe hacer un Consejo de Asuntos Generales cuyos titulares quizás no deban ser los ministros de Exteriores, como ahora. Hay que plantearse también el sistema de presidencias rotatorias. En un mundo donde las decisiones se toman con rapidez, la rotación de presidencias cada seis meses no es la solución mejor . Y también debe ser más transparente.
P. Algunos, como Chirac, también proponen un presidente del Consejo de la UE durante periodos prolongados.
R. Es una propuesta que necesita un cambio del Tratado y, por lo tanto, sometida a la Convención y a la Conferencia Intergubernamental posterior.
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