La lista renovadora de Òmnium Cultural obtiene la mayoría, pero Millàs impugna los resultados

Los socios de Òmnium Cultural dieron anteanoche en las urnas la mayoría al renovador Jordi Porta para presidir la entidad. Obtuvo cerca de 1.900 votos frente a los 1.700 a favor de la lista que encabezaba el actual presidente, Jordi Millàs. Porta, sin embargo, no ha ganado aún la presidencia. Unos 200 votos delegados a su favor, que le darían la victoria, fueron impugados, y el próximo martes la mesa electoral, con mayoría de partidarios de Millàs, dirimirá.

Que las elecciones de anteanoche para renovar la mitad de la junta de Òmnium Cultural y elegir a su presidente iban a ser conflictivas era previsible. En los 41 años de historia de la entidad cívico-cultural nacionalista nunca había habido una campaña tan dura y disputada como la que han protagonizado los dos candidatos a presidir la entidad: el continuista Josep Millàs, actual presidente con 16 años en el cargo, y el renovador Jordi Porta, síndic de greuges de la Universidad Autónoma de Barcelona y ex presidente de la Fundación Jaume Bofill. Pero que la larga noche electoral acabara sin la victoria oficial de uno u otro aspirante nadie lo había previsto.

El recuento de votos emitidos por los socios presentes, 344, dio a las 23.00 horas una victoria provisional a Jordi Porta, que obtuvo 271 papeletas a su favor frente a los 69 votos de Millàs. Cuatro sufragios fueron en blanco. Pero todos sabían que los votos que decidirían en las urnas quién se iba a alzar con la victoria serían los delegados, más de 3.000. Y en los votos delegados volvió a vencer, ya muy avanzada la madrugada de ayer, Porta, por una diferencia de 200 papeletas. Pero tanto uno como otro candidato impugnaron votos delegados a favor de cada una de las candidaturas.

Mesa electoral

A Porta, la mesa electoral, integrada por tres miembros de la actual junta que preside Millàs más tres interventores de su candidatura y otros tres de la de Porta, le rechazó por mayoría, a la una de la madrugada, la impugnación a los votos que presentaba la candidatura de Millàs impresa en el reverso de la papeleta. Un notario levantó acta.

Millàs, por su parte, ya muy avanzada la madrugada, impugnó por irregularidades 200 votos delegados a favor de la candidatura de Porta, el número de sufragios que le dan mayoría en las urnas. Eran las cinco de la madrugada y tras el recuento y validación de todos los votos delegados todavía quedaban dos puntos del orden del día de la asamblea por discutir. A esa hora, la mesa electoral optó por aplazar el recuento. El martes dirimirá la impugnación y proclamará ganador.

El candidato renovador a presidir Òminum Cultural, Jordi Porta, se aseguró en la madrugada de ayer un as cuando la mesa electoral le rechazó por mayoría la impugnación de los votos delegados a favor de Millàs que presentaban la lista de su candidatura en el reverso. Tenía un notario que levantó acta de la impugnación rechazada por una mesa con mayoría de integrantes partidarios de su adversario. El acta notarial le servirá en caso de que decida impugnar las elecciones ante un juez, por ello se llevó un notario a la asamblea. Pero ayer, Porta deshojaba la margarita sobre la posibilidad de usar ese as en caso de que el próximo martes la mesa acepte la impugnación de los 200 votos a su favor que ha presentado Millàs y a final no sea él quien obtenga la victoria.

'El acta nos permite poder impugnar todo el proceso electoral ante un juez y que sea él quien decida si ha habido irregularidades, pero es una decisión difícil que todavía no hemos tomado', explicó Jordi Porta ayer a este diario. 'En caso de que la mesa electoral dé al final la victoria a Millàs porque ha aceptado su impugnación, creemos que muchos socios de Òmnium Cultural no entenderían que impugnáramos las elecciones después de haber perdido'. La delegaciones territoriales de la entidad que han apoyado a Porta le han advertido de que muchos socios a los que representan en las comarcas catalanas no comprenderían tal decisión.

200 votos en litigio

Porta confía en que lo que él llama el 'impacto moral' que puede haber causado el hecho de haber obtenido más votos que Josep Millàs en la urnas acabe haciendo 'mella' en los miembros de la mesa electoral próximos a su adversario para tomar una decisión 'justa' sobre la impugnación de los 200 votos delegados a su favor que están en litigio.

La candidatura de Millàs denunció estos votos por considerarlos irregulares al no incluir la firma del socio que recibía la delegación. 'Los votos tenían un espacio para poner el nombre y la firma del socio que delegaba y otro para incluir el nombre del que recibía la delegación. De los más de 1.600 votos que presentamos había 200 en los que no figura la firma de quien había recibido la delegación, pero la persona que la tenía estaba presente en la sede de Òmnium Cultural y era quien la presentaba acreditándose con su carnet de socio', explica Porta.

Para Millàs, la candidatura de su adversario 'está constantemente lamentándose. La ley es la que es y los estatutos los que son y ellos los deben cumplir, y no pretender que la ley y los estatutos se ajusten a sus deseos', dijo el actual presidente y aspirante a la reelección en Catalunya Ràdio.

El candidato renovador considera que pese a la actual situación de conflicto, el debate generado por la campaña y las elecciones, que convocaron a cientos de socios en la noche del jueves en la sede de la entidad, ha contribuido a que se discuta sobre cuál ha de ser el papel de Òmnium Cultural en el futuro.