Un grupo de profesores de la Universidad de Girona cuestiona la elección del rector
La sorprendente victoria de Joan Batlle en las elecciones a rector de la Universidad de Girona (UdG) estuvo ayer en peligro. La culpa la tuvo, para unos, una argucia legalista de los sectores continuistas, y para otros, un resquicio legal que hizo que un grupo de profesores pusiera en duda la legitimidad del nuevo rector.
La Junta Electoral Central, encargada de controlar y validar el proceso electoral en la UdG, decidió, tras una ardua deliberación que duró todo el día, confirmar la elección de Joan Batlle. No obstante, la duda sembrada en la Junta Electoral abre la posibilidad de que el candidato derrotado, Sergi Bonet, presente un recurso para reclamar una segunda vuelta. Este recurso debería presentarse dentro de los próximos cinco días y lo resolvería la junta de gobierno de la UdG.
El origen del litigio está en si los votos en blanco se debían contar para fijar los porcentajes globales ponderados. De ser así, Joan Batlle, que tuvo el 50,68% de los votos ponderados, contra los 49,32% de Sergi Bonet, no rebasaría la mitad de los votos que exige la Ley Orgánica de Universidades para validar la primera vuelta de las elecciones. El texto de la ley es claro: 'Será proclamado rector, en primera vuelta, el candidato que logre el apoyo proporcional de más de la mitad de los votos válidamente emitidos, una vez hechas y aplicadas las ponderaciones'.
Josep Maria Nadal, el rector saliente de la Universidad de Girona (UdG), alertó que un recurso contra la elección del nuevo rector podría suponer una fractura nefasta para la universidad. 'Batlle es nuestro rector, ha ganado con todas las de la ley y debemos hacerlo triunfar', dijo.
La Junta Electoral Central, de la que forma parte Nadal, tomó su resolución por unanimidad pese a que el Ministerio de Educación advirtió de que le sería imposible dar una respuesta ayer mismo. Este informe no sería vinculante. Conscientes de la división que se está larvando en la universidad y ante las dudas generadas sobre la validez de las elecciones, la UdG abrió ayer su debate en los pasillos. 'Una cosa es la legalidad y otra la legitimidad', afirmó un empleado del centro de enseñanza. 'Sería muy negativo ir a una segunda vuelta. Temo que puedan herirse sensibilidades', añadía un profesor. Miembros del personal administrativo decían que se usaban artimañas legales para desmantelar la voluntad de las urnas.
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