Del palco a comisaría
El presidente de Osasuna, denunciado por un incidente con la policía
A las doce del mediodía del lunes, el presidente osasunista, Javier Miranda, estuvo declarando en presencia de su abogado y directivos del club por duración de casi cuatro horas en la comisaría de Pamplona. El asunto provenía de un partido apacible (entre su club, Osasuna, y la Real Sociedad) que se vio empañado por un suceso en las puertas de acceso que 'es imposible que le pase a otro presidente que no sea Miranda', afirmó ayer en conferencia de prensa. Ha sido denunciado por la policía de atentado, desobediencia, resistencia a la autoridad, injurias y desorden público. 'Si hice algo malo a las fuerzas de seguridad, pido perdón. Pero lo hice por defender al socio', relata Miranda. También se le imputan los cánticos que durante el transcurso del partido contra la Real se produjeron en contra de la alcaldesa de Pamplona, Yolanda Barcina, y el presidente de Navarra, Miguel Sanz. El caso está ahora en manos del juzgado de guardia de Pamplona.
Los hechos se produjeron el domingo antes del partido, cuando tres jóvenes osasunistas, Aitziber y Gemma Maisterra y Javier Isiegas, se le acercaron visiblemente afectados porque Gemma se negaba a ser cacheada por un policía de sexo masculino, lo que les había costado a los tres la negativa de entrada al campo. 'Nos hicieron bajar las escaleras a la fuerza', cuenta Gemma. 'Desde el principio, uno de ellos me dio mala espina pero, en realidad, no sabíamos ni lo que habíamos hecho'. 'Luego fuimos a las oficinas y nos encontramos a Miranda, al que le explicamos nuestra situación', afirmó.
La reacción del presidente fue la de defender a los tres socios rojillos. Por eso, se dirigió junto a otros dos directivos, Protomártir y Guillén, a la puerta del graderío sur donde se había producido el incidente con la firme decisión de apaciguar los ánimos y permitirles la entrada. Pero su sorpresa fue mayúscula cuando vio que, ni con el máximo dirigente delante, los miembros de seguridad desistían. Gemma así lo explica: 'Mantenían la misma actitud agresiva y Miranda se puso delante defendiéndonos. Llegaron a sacar sus porras y tuvieron que pedir refuerzos porque la gente que estaba viendo la escena empezó a corear contra ellos'.
Miranda, ante el escándalo que se había formado, decidió invitar a los socios al palco, previo cacheo, esta vez sí de una mujer. Pero las cosas no terminaron ahí. 'A las dos de la madrugada se personaron en mi casa cuatro hombres hablando en nombre de la policía que me instaban a acudir al día siguiente a comisaría a declarar'. La idea de proteger a sus aficionados sigue patente en Miranda: 'Lo hice, lo volvería a hacer y lo seguiré haciendo', concluyó
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